jueves, 8 de diciembre de 2016

CALLES MUERTAS

Susana Bianconi               
Publicada en CAMBIO de Estado de México 138# , noviembre 2016
La mezcla es la razón de ser de la ciudad, un lugar de gentes libres e iguales. La ciudad debe ser reductora de las desigualdades. Jordi Borja (arquitecto Catalán)

Ver por la ventana no tiene gracia en un conjunto residencial. No pasa nada, ni nadie. Los vecinos salen en auto y a veces alzan la mano, cuando te reconocen. A pie, solo ves pasar a la enfermera de la anciana de la esquina, al chico que encera carros y al señor que viene a pasear los perros de otro.
Eventualmente entra el camión del gas. Como es grande, es la mayor atracción desde la ventana. Los domingos en alguna casa se ve movimiento de autos ajenos, los invitados se meten pronto y la calle vuelve a la acostumbrada quietud.

Una vez se armó una palomilla de jovencitos a la vuelta. Duró poco; una vecina trajo a la patrulla de policía municipal para desarticularla… no fueran a estar planeando el robo de su casa. Los chicos eran una anomalía para ella, para la guardia de seguridad privada que nos cuida y para la policía que amenazó con llevarse al que anduviera de vago.
Total, mirar para afuera no tiene ahora más entretenimiento que el paso de las nubes. Los vecinos crecemos y envejecemos en cámara lenta, en la quietud de un conjunto de casas vacías, donde no hay heladerías ni cafés ni tlapalerías o verdulerías. De noche la gente regresa y ya no alza la mano, nadie te reconoce en la oscuridad. El súper se descarga desde la cajuela del auto.
La calle sin embargo era la escuela de la vida en sitios que no tenían reja de acceso ni portero controlador. En esas calles se trajinaba, se bajaba del autobús, se compraba de todo, se saludaba de mano, se ayudaba a cruzar, se juntaba en la esquina, se conversaba y se miraba pasar a los demás sin ser considerado vagabundo.
¡Pero hoy hay tantos kilómetros de calles muertas! ¡Si tan sólo las pudiéramos unir con alguna calle viva!, si se valiera quitar las rejas y dejar pasar a los demás, a los que van de paso, a los que vienen a ver los árboles y a tirarse en el pasto del área verde que nadie usa; ¡qué lindo sería mirar entonces por la ventana! Podría quizás ver pasar a niños a pie a la escuela y a sus maestros también como cuando era niña y esperaba en la puerta a que mi hermana mayor regresara de la escuela.
Pero las bardas perimetrales de la exclusiva calle cerrada impiden que se vuelva a la vida. La inmovilidad tiene estatus de segregación social en jaula de oro. Desde la ventana no se alcanza a ver la mirada de nadie más, apenas la mía propia reflejada en el vidrio. Esta calle no es escuela de vida sino de muerte anunciada. La muerte de la sociedad integrada, la que ahora está partida en dos: la de las calles vacías y la de las calles repletas de vida y de carencias.
Las calles cerradas, las conocidas como privadas, nacen muertas y como frutas podridas, pudren la ciudad. Las calles que no van a ningún lado, estorban como un tumor en el cuerpo, como un cáncer en la sociedad urbana. El reglamento de la nueva ley de Asentamientos Humanos deberá acotar el abuso de la segregación espacial y abrir estas calles ya instaladas para disfrute de todos. Que las calles sean espacio público, no privado.
No se trata de anarquía, sino de justicia espacial.


jueves, 17 de noviembre de 2016

CIUDAD Y DIVERSIDAD

CIUDAD Y DIVERSIDAD
Susana Bianconi                              
   Publicado en la revista CAMBIO del Estado de México # 137, octubre 2016

Un promotor inmobiliario se preguntaba por qué la gente común quedaba fuera de sus modernos complejos urbanos, ¿por qué había exclusión en esos relucientes ejemplos de   arquitectura moderna? Daba una charla magistral sobre los usos mixtos en los nuevos complejos donde se levantan hoteles, departamentos, oficinas y centros comerciales. Desde el Aula Magna de la UAEMex hablaba de su visión de negocios urbanos con escala humana. Atinadamente criticaba la necia persistencia de reglamentos que exigen un desmedido número de cajones de estacionamiento, lo que provoca que jamás se reduzca la preeminencia del auto particular en las urbes.
Sus proyectos, sobrios y convencionales no se ven mal. Los está construyendo en varias ciudades de México sobre grandes lotes de antiguas agencias de autos. Sus usos mixtos son enteramente bienvenidos… pero la gente se queda fuera, nos decía. Por sí solos, estos grandes desarrollos inmobiliarios no amalgaman a la sociedad, no hacen ciudad. Hablaba acertadamente de densificar y de peatonalizar.
Y lanzó al aire la pregunta, para la cual, él no tenía respuesta, de cómo hacer para que, desde nuestro ámbito profesional de la arquitectura, la sociedad fuera más homogénea y menos excluyente.
Vino entonces a mi mente la gran manzana donde se yergue el Museo Soumaya, en lo que han dado en llamar El Nuevo Polanco. En ella hay, además del icónico museo, un gran teatro, varios edificios corporativos y tiendas y restaurantes de todo tipo. Uso mixto, aparentemente, pero en ella se percibe esa exclusión social de la que hablaba el ponente. La gente que llega en auto emerge bien vestida y la gente de intendencia, en cambio, está uniformada.
arriba: megacuadra; abajo cuadras normales

Desde mi postura profesional considero que esto se debe al tamaño de ese gran espacio, dado que equivale a nueve manzanas convencionales del Polanco original.  Hay entonces mucha menos área verdaderamente pública en el nuevo Polanco que en el antiguo. Las manzanas del viejo Polanco son cómodas, caminables, se les puede dar la vuelta. La manzana del Nuevo Polanco es inmensa porque fue un lote industrial. ¿Cuál tiene mayor mezcla de gentes y más vida sana? Pues las nueve cuadras pequeñas porque hay muchas más calles y con ellas mucho más largo es el perímetro entre lo público y lo privado, que es el que da vida a las ciudades.
Mientras, la autoridad les pide a los desarrolladores que construyan obra vial, puentes elevados o deprimidos y vías rápidas para mitigar el impacto de estos complejos. Y no va por ahí la solución urbana, no se trata de seguir haciéndole agujeros al cinturón en lugar de adelgazar, sino de pedirle al inversor que abra calles sencillas que penetren esos grandes lotes, calles para tráfico ligero y para transporte público urbano, por su puesto, tranvías si fuera posible. Pasa por dejar de lado el automóvil para subirse a la bici; no pasa por hacer salir a la gente de la ciudad por una vía rápida, sino de que la gente se quede en la ciudad, viva y trabaje en ella y la disfrute a ras del suelo.
Este caballero del podio pedía educadamente que la autoridad le exigiera a él lo que el dueño del complejo no está dispuesto a dar: espacio público. Porque si bien sus diseños tienen amenidades peatonales como las del Nuevo Polanco, ellas son diseñadas sobre el espacio privado del cliente. Y una ciudad viva debe tener contactos continuos entre lo público y lo privado, es decir, debe tener banquetas y plazas bien trazadas y cuadras chicas, cuanto más pequeñas, más vida tendrá la ciudad, habrá más área pública donde sociabilizar y mezclar las clases sociales gracias a los negocios privados con frente a esas calles.
Al autorizar la construcción de mega-manzanas sin escala humana, la autoridad y los desarrolladores pierden de vista que matan a la gallina de los huevos de oro, porque sus nuevos espacios sólo son adquiridos por los pocos que siguen usando el auto como símbolo de estatus (aunque sufran escondidos dentro de ellos). Así dejan fuera a la gente que piensa que caminar es parte del quehacer cotidiano, con derecho a vivir y a trabajar en el mismo lugar, esa nueva generación diversa y divertida que viene con todo.


domingo, 6 de noviembre de 2016

EL BOLETO DE MI MADRE

El boleto de mi madre
Publicado en clubdeescritura.com Fuentetaja. Septiembre 2016

Ofendida y temblando de incertidumbre mi mamá me baja del vagón. El Guarda le ha dicho que el carnet de médico del personal ferroviario de mi papá no la exime de pagar su boleto ni el mío tampoco. De ida, el carnet había servido…Tengo unos cuatro años y el viento de la pampa nos desampara. El tren puede echarse a andar sin nosotras que hemos dejado de ser la esposa y la hija del Doctor. ¿Cómo ha podido ocurrir esta degradación?

Entre ripio y durmientes, los zapatos de tacos altos de mamá sufren para alcanzar la boletería de una estación vacía. Habíamos ido de compras a Junín o a Chacabuco quizás. Sin posición social, estábamos a merced de la picardía del Guarda que nos miraba complacido desde en los escalones del vagón. Su grito de ¡Váaamonos! hubiera podido dejarnos ahí toda la noche hasta el siguiente tren de la mañana. La señora del Doctor y su hijita comprando un boleto en medio de un atardecer en el campo, a la vera de las vías. ¡Cuánta vergüenza! Mi madre tiembla como una hoja y es tanta su humillación que sufro por ella. Su angustia es desproporcionada porque la ve a través del cristal de su posición social disminuida.

Sus zapatos de cabritilla sortean los rieles de regreso al tren y ahí acaba mi recuerdo. Lo demás debió ser rutinario.
foto: portal "Pueblos Buenos Aires"

Hoy con 91 años encima, mamá se vuelve a poner nerviosa, porque no conoce el desenlace de su último viaje. Lleva un año comprando el boleto y se niega a volver al tren. Busca excusas, recuerdos y preguntas absurdas. Su cobardía la tiene al pie del pescante y no da el último paso. Yo la miro impotente como cuando tenía cuatro años y soy de nuevo ese testigo incapaz de ayudarla a soltar sus miedos, aferrados a su condición de señora del Doctor.

martes, 25 de octubre de 2016

MOLDERÍA ESENCIAL

Libro de Moldería e Indumentaria.
Mi hermana Silvia ha publicado un trabajo riguroso, prolijo y elegante sobre las piezas que componen las prendas de vestir. Para quienes estudian vestimenta será un libro de cabecera.
Las tres dimensiones representadas en forma plana son nuestras capacidades,ella en moldería, yo en arquitectura. Ella hace la segunda piel, yo la tercera. Esta habilidad común quién sabe dónde la abrevamos. La portada del libro es un cuadro que Silvia hizo hace años, cuando la pintura la ocupaba enteramente. Elegante y enigmática, la mujer del cuadro presenta el libro MODEL que se puede adquirir en Calle 12 no 716 (46 y 47) La Plata, 1900 Argentina.
contacto: silviabianconi@hotmail.com 

viernes, 23 de septiembre de 2016

ESPACIO PÚBLICO ENTORNO A LAS ESTACIONES DEL TREN

CARTA ABIERTA
TREN Y ESPACIO PÚBLICO
Publicado en CAMBIO Estado de México # 136, Septiembre 2016
Al Secretario de Comunicaciones y Transportes
A la Secretaria de la SEDATU
A los Presidentes Municipales de Zinacantepec, Toluca, Metepec, San Mateo Atenco y Lerma

Con la llegada del tren al valle de Toluca sobrevienen necesidades nuevas: plazas de desahogo de viajeros, estacionamientos para bicicletas (conocidos como racks), edificios de estacionamientos para autos, paradas de autobuses generosas y bien diseñadas, pasos peatonales con reductores de velocidad, áreas de espera sombreadas preferentemente por árboles que ayuden también a mitigar las inundaciones a través de sus raíces infiltrantes.
¿En dónde se hará toda esta infraestructura urbana que acompaña al tren? Buscamos en los planes de desarrollo urbano de los municipios afectados y no encontramos propiedad pública de ningún terreno estratégicamente ubicado. Es más, el Municipio de San Mateo Atenco, que colinda con dos estaciones, carece de plazas públicas; más bien, tiene una sola y muy lejos, del siglo XVI, en su centro.
Metepec no se queda atrás: contaba con unas canchas de futbol a escasos 100 metros de la nueva estación del tren Tecnológico, en San Jerónimo, pero súbitamente, en el bienio de Carolina Monroy, esas canchas fueron enajenadas por medio de malla ciclónica. El sitio sí es apto para un estacionamiento de varios pisos, pero los vecinos no saben a quién pertenece ahora el terreno o si fue desincorporado de la Hacienda Pública o vendido a particulares.
           
El terreno de 4,800 m2 es tan público que ostenta un espectacular donde se anuncia el gobierno del Estado, en cuyo caso, es el Estado de México el que está en la obligación de destinarlo a los espacios de infraestructura urbana que enumeramos al principio, ya que es un sitio estratégico porque se sirve de tres calles: el Tecnológico, Cisnes (en terracería) y Adolfo López Mateos.
Ahora bien, cada Municipio tiene la obligación social de adquirir la tierra que haga falta para hacer menos improvisada esta obra del tren. Subir y bajar de un tren es una vivencia imborrable, es una puerta de entrada a la historia de nuestra vida y consecuentemente debemos cuidar las formas y darle al viajero el respeto que se merece.
La inversión pública en torno a las estaciones puede brindarle a un municipio mucho dinero, puede ser autofinanciable debido a que los estacionamientos son de los negocios más rentables, así como las cafeterías y los sanitarios de paga. Pero aún más: si con el tren se favorece el flujo de gente afluente, la inversión pública en imagen urbana y equipamiento dará ganancias inmediatas a todos los municipios porque elevará el valor de las tierras bien servidas.
Se debe pensar a futuro y no a posteriori. Aún hay baldíos que la hacienda pública puede y debe adquirir para brindar un servicio integral, para evitar el changarrismo, los atropellados, los tumultos y los asaltos. Hacer ciudad es tarea pública. El tren por sí solo no hará ciudad.
Por la atención que le brinden a este escrito quedo agradecida

Dra. Susana Bianconi

jueves, 8 de septiembre de 2016

Valle de Bravo

ENTORNO AL LAGO DE VALLE
Susana Bianconi   
Publicado en CAMBIO del Estado de México #135, Agosto 2016, pag 31

La belleza del paisaje es frágil, sobre todo cuando se le manosea con concreto. No es una buena idea el introducir materiales industrializados en un pueblo mágico. Las buenas costumbres y el sentido común nos dicen que lo sano es usar en ellos materiales naturales, regionales.  Y es adecuado el respetar los árboles existentes así como fomentar nuevas plantaciones.

En Valle de Bravo se está imponiendo un criterio urbanístico propio de alguien que se dedica al transporte pesado. Los vehículos de carga contemporáneos requieren radios de giro de 15 metros y consecuentemente acaban con los recodos, con las románticas ramas bajas de los árboles y con los callejones empedrados. El sistema industrial de abasto de supermercados es indeseable en un pueblo que vive de sus huertas, de sus frutales y flores. Se ve que no hay un amante del arte de caminar al frente de todos los desatinos que se proponen en Valle y me preocupa porque estos proyectos carecen del alma vallesana.

Entender y respetar el espíritu del sitio es la máxima del diseño de paisaje. El Genius Locci. Valle de Bravo es un frágil tesoro que puede perderse si se sigue incentivando el acceso de camiones de carga a los supermercados y si no se inhibe con delicadeza el uso del automóvil. ¿Cómo hacerlo? Debemos lograr que se vuelva más fácil caminar que manejar. Debemos lograr que el subir a Monte Alto sea un paseo en funicular y no un largo camino vehicular. Debemos lograr que el turista no sea un consumidor de estereotipos de plástico, sino que valore el genius locci de Valle de Bravo.

Muchas pequeñas ciudades europeas pasaron por situaciones semejantes y apostaron por la bicicleta, por el peatón y por los vehículos pequeños para reparto de mercancías. Los triciclos eléctricos sustituyeron a los estorbosos camiones repartidores.
foto: Felipe Consuelo
La vuelta al lago
Darle la vuelta al lago en bicicleta debe ser otra prioridad. El estado cuenta con la franja costera, un perímetro bastante generoso y ancho donde las pendientes que bajan al lago son suaves, y algo más angosto donde las pendientes son abruptas. Entre la cota 1830 y la  1831 (msnm) la tierra es federal.  A lo largo de esta cota y enteramente a un mismo nivel, se puede hacer un sendero costero  de terracería, arbolado, que permita caminar o rodar el maravilloso lago. Sin usar concreto alguno, sino quizás, donde fuera necesario, piedra y madera.

Este paseo costero podría unir, sin subidas ni bajadas, la costa del embarcadero con Avándaro, El Cerrillo y San Gaspar. La alternativa de usar la bicicleta será tanto deportiva como utilitaria. Cada bicicleta quitará un auto de circulación en el centro del pueblo. Hacer pierna, como en Taxco, se volverá otro deporte vallesano. Unos coquetos puentecitos salvarán la desembocadura de los afluentes del lago. Es cuestión de maña, no de fuerza.


La escala humana debe seguir siendo la medida de todas las cosas en Valle de Bravo y en todos los pueblos con encanto. 

domingo, 7 de agosto de 2016

AICDMX

PAISAJE Y CONTAMINACIÓN
Susana Bianconi
Publicado en el #39 de LA HOJA de la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México

José María Velasco. La Villa y la Calzada de los Misterios. MUNAL

 La emergencia ambiental que enfrentó la Ciudad de México en abril y mayo pasados nos puso de nuevo en nuestro sitio: en una cuenca cerrada que alguna vez tuvo aire transparente. ¿Qué pasó este año que no pasaba en años anteriores? ¿Por qué el estiaje puso rojo al sol de la mañana y al del crepúsculo? ¿De dónde provienen esas partículas suspendidas?
El aire limpio entra a la Ciudad de México desde el Golfo por el noreste, por el lago de Texcoco. Justo ahí se están despalmando cientos de hectáreas para construir el nuevo aeropuerto capitalino. Cada vez que se inicia una obra de construcción se retira la capa vegetal del terreno, sobreviene una etapa polvosa. En este caso la tierra y el salitre son soplados hacia el sur por Ehécatl.
Partículas suspendidas 10 mayo 2016, nótese la columna naranja en la zona del aeropuerto
Cuando en septiembre de 2014 se dio la noticia de la construcción del nuevo aeropuerto en el vaso de Texcoco, el director de la Comisión Nacional del Agua entonces, el ingeniero David Korenfeld, explicó a los medios que se entubarían los 9 ríos que tributan al sitio y que se construirían 38 kilómetros de drenaje profundo para que la obra no se inunde. Esta es la operación que se está ejecutando en los terrenos pantanosos del lago de Texcoco. Es una respuesta ingenieril compleja ante un problema que hoy no existe pero que será provocado por la inminente pavimentación del sitio. Es, como lo dijo Alberto Kalach en MEXTROPOLIS, la cota más baja del valle.


Canales en la zona del nuevo aeropuerto, imagen del mapa digital del INEGI. A la izquierda Ecatepec.
La franja verde indica la carretera Peñón-Texcoco.

Los paisajistas, al conocer la noticia, intercambiamos opiniones. Algunos guardaron silencio, otros escribieron exaltados en contra del proyecto; la mayoría comentaron con tristeza sobre un hecho que consideraban irreversible. El gremio no hizo declaraciones públicas ya que no había unanimidad. Sospecho que alguno de nosotros será contratado para acomodar el pastel de cactáceas en el acceso del aeropuerto.
Además de la polvosa y desertificante obra del aeropuerto, todo el perímetro norte de la Ciudad está rodeado por un sinnúmero de colonias del Estado de México carentes de parques. Sin camellones y con calles sin arbolado son colonias auto construidas que han trepado por cerros y bajado por cañadas, que han pavimentado el paisaje sin restituirle ni una sola flor. Asentamientos sin transporte masivo eficiente, pobres de espíritu urbano, tristes e inseguros. Lo mismo puede decirse de las colonias de altos ingresos de Huisquilucan al poniente, donde no hay arbolado urbano, ni transporte colectivo ni plazas públicas ni parques. Consecuentemente el sol se pone rojo en señal de alarma. El Estado de México está haciendo mal las cosas y perjudicando a la capital del país.
Mientras duren las obras del nuevo aeropuerto se padecerán sus consecuencias. Luego sobrevendrán los vuelos y el paisaje lacustre tendrá pájaros de acero.
 2015

2017



Ecatepec y Texcoco. Google Earth 2015

viernes, 22 de julio de 2016

SECRETARÍA DE INFRAESTRUCTURA DEL ESTADO DE MÉXICO

LOS URBANISTAS NO PEGAN LADRILLOS

Publicado en CAMBIO del Estado de México el el #133 de junio 2016, pag 31

Obras trinqueteras. Ese vocablo lo he oído en el medio legal para señalar a alguien que se imposta como abogado sin serlo. Análogamente en el Estado de México las obras viales están hechas por cualquiera menos por un urbanista. Se ve, se siente, el contratista está presente. A diferencia de Suiza, aquí no se nos pide opinión para abrir carreteras por zonas forestales de recarga, aquí se miente con que por cada árbol talado se plantarán 10. Nadie responde, nadie se hace cargo de la mala calidad de las obras, ni de las taladeras, ni del polvo que levantan, ni de los accidentes viales que provocan. Hay negocios malsanos en las obras que se hacen en el Estado de México.

Busco a quién hacerle preguntas y me encuentro novedades. En el vértice de la pirámide a cargo de la Secretaría de Infraestructura del Gobierno del Estado se encuentra un abogado. Él tiene por debajo de sí a la Junta de Caminos que está actualmente dirigida por una abogada. No encuentro en la burocracia contemporánea con quién hablar de urbanismo, de urbanidad, de la ciudad ideal, de las ciudades exitosas y competitivas, de las ciudades de escala humana donde caminar es la esencia del quehacer cotidiano. No encuentro respeto por el peatón, nadie hace aforos peatonales, nadie hace banquetas arboladas, nadie estudia la viabilidad de las bicicletas en las ciudades planas.

No encuentro ganas tampoco de hablar con un gobernador que confunde urbanistas con albañiles. Lo dijo así cuando creó la Secretaría de Infraestructura del Estado: “El maestro Erasto no va a ir a poner tabiques y a hacer la mezcla de las obras que estamos haciendo en el Estado de México, el maestro Erasto lo que va a hacer es gestionar recursos, supervisar que las obras se estén haciendo con transparencia, con orden, con pulcritud, que todas las obras que están llevándose a cabo en este momento se puedan construir, se puedan concretar” (El Universal 27/08/2015).

Me parece que dejar la pertinencia de las obras en manos de un neófito en urbanismo no es acertado. Las obras no son un remedio contra una enfermedad. Muchas veces son las causantes de los peores síntomas de enajenación anti-urbana, obras que nadie solicita, obras que separan comunidades, obras que hipotecan el futuro de nuestro Estado, obras que provocan inundaciones, que tapan ríos y canales, que pavimentan humedales, que talan árboles frondosos, obras que semejan a Ecatepec.

Conforme tardo cada día más en llegar al trabajo, me pregunto por qué las nuevas vías rápidas se han vuelto más lentas. Conforme extraño los prados y los árboles de los camellones me pregunto por qué están plantando cipreses panteoneros, que no dan sombra. Conforme se inundan los nuevos puentes vehiculares me pregunto por qué no se hacen trincheras de infiltración. Conforme el entorno que me rodea se vuelve más feo me pregunto quién diseña nuestras antiguas calles, hoy llamadas vías de comunicación. Conforme se me impide cruzar una de esas vialidades, se me obliga a usar el auto para ir enfrente. Conforme más uso el auto, más puentes anti-peatonales aparecen, vacíos de gente que no se atreve a ejaularse en las alturas. Conforme el deterioro de las relaciones sociales se incrementa debido a esta parcelación del territorio, me pregunto quién diseña la ciudad contemporánea, al menos en el Estado de México. ¿Quién está a cargo del monstruo orwelliano que reproduce Ecatepec en cada obra de ingeniería vial?

El mundo de los abogados suele ser árido como los juzgados de los reclusorios en los que trabajan. Allá ellos. Lo malo es que están convirtiendo todo el territorio del Estado, en una inmensa cárcel de concreto.


lunes, 6 de junio de 2016

CIUDAD LACUSTRE

BRUJAS EN TULTEPEC


Susana Bianconi                      Publicado en CAMBIO del Estado de México # 132, mayo 2016

San Pedro Tultepec fue una isla en medio de la gran laguna del Lerma en tiempos de su fundador Don Tata Vasco de Quiroga. Hoy es un pueblo mueblero. Su gente lleva dos generaciones sin vivir de su laguna. El gran acueducto del año 43, hecho de “mano de obra” llevó el agua de la cuenca del Lerma a la Ciudad de México. El trasvase dejó yermo y expuesto al sol y a los vientos el fondo de las lagunas. Mucha de la gente de San Pedro Tultepec se fue a trabajar al otro lado o bien se convirtió en comerciante. Se trata de gente de ascendencia mexica en tierra matlatzinca. Administrativamente pertenecen al municipio de Lerma quedando al sur de la cabecera, entre San Mateo Atenco y Ocoyoacac.

A pesar de la continua succión del acuífero del río Lerma, en años recientes las lagunas han regresado tímidamente. Será el cambio climático o será el sereno, pero aquella superficie polvosa de los años 70 ahora luce verde de tulares que crecen en el agua. La tenencia de estas tierras es peliaguda. Declarada por la SEMARNAT como una Unidad Medio Ambiental, los lugareños la rechazan y se aferran a antiguos documentos de posesión de la tierra. Así, reciben cascajo de las obras del tren y de la supercarretera, mismo que esparcen sobre los tulares con el propósito de convertirlos en tierra firme.

Parecen ideas irreconciliables, el agua y la tierra; sin embargo no lo son. No lo fue en la grandiosa Tenochtitlan ni lo es en Venecia, Amsterdam o Brujas. Hay ciudades lacustres y debe haberlas, dado que es posible convivir con la madre naturaleza. El futuro urbano se presenta armonizando la vivienda con los huertos, las actividades urbanas con las rurales, el glamour nocturno de los restaurantes y los teatros con la calma diurna de la parcela. Vida urbana hacia la calle y vida rural hacia el canal, ambos en el mismo predio. Auto para acceder desde la calle, trajinera para acceder desde el canal.

¿Cómo lograrlo? Mediante puentes y chinampas. Un diseño urbano mixto donde los ejidatarios que hoy riegan cascajo a tientas y ciegas se vuelvan dueños de lotes urbanizados a pie de calles que cruzan canales; canales que llevan a un parque acuícola y a una pista de remo. El proyecto lo he desarrollado con la esperanza de que pueda inscribirse en el Plan de Desarrollo Urbano de Lerma y se ejecute de manera previa a la adjudicación de lotes a los pocesionarios. He trabajado con la expectativa de ejecutar una ciudad lacustre que sea ejemplo de la herencia mexica que creó la chinampa para convivir con el agua. ¿Brujas en Tultepec?


sábado, 28 de mayo de 2016

MANUAL DE DISEÑO SUSTENTABLE DE PAISAJE URBANO PARA EL VALLE DE TOLUCA

Tesis de Maestría del arq. Andrés S. Galindo Bianconi

favor de copiar y pegar este link:

http://hdl.handle.net/20.500.11799/41352


miércoles, 25 de mayo de 2016

TESIS DE DOCTORADO EN LÍNEA

http://ri.uaemex.mx/handle/20.500.11799/41303

Superficie de contacto alternativa para la tarima de madera usada en la cimbra tradicional en el Estado de México


favor de copiar y pegar este link:

http://ri.uaemex.mx/handle/20.500.11799/41303

martes, 17 de mayo de 2016

EL VALOR DE ESFUERZO

EL VALOR DE ESFUERZO
en el diseño paisajista
M. en Dis. Azael Pérez Peláez


El juicio de valor con respecto a los aciertos y errores en el particular caso de la contemplación de la obra paisajista se sustenta, además de las cuestiones estéticas, funcionales y de habitabilidad, preponderantemente en la observación de lo que me atrevo a definir como el valor de esfuerzo.
Cuando me refiero a este valor de esfuerzo hablo del cálculo que se tiende a realizar en forma automática al observar las tareas y trabajos específicos que se tuvieron que realizar para obtener los resultados presentados en el caso específico que se está valorando.

Aquí conviene detenerse un momento a fin de esclarecer el concepto propuesto de valor de esfuerzo. He aquí un ejemplo que arroja un poco de luz sobre la cuestión: Cuando se comparan 2 objetos que cumplen con la misma función, digamos que sean 2 trompos para darle especificidad a este ejemplo, los parámetros aplicables a dicho juicio suelen asignar mayores cotas de valor a un trompo artesanal por sobre un juguete similar pero de fabricación industrial.

Lo que importa observar aquí es que en el caso de presentarse la necesidad de una valoración apresurada de un objeto, la evaluación ocurre con la información que se tiene a la mano, y en esta categoría de datos inmediatos el valor del trabajo y esfuerzo aplicado a la tarea de creación tienen un mayor peso como cualidad inherente al objeto resultante.

Es a partir de este análisis apresurado que el valor de esfuerzo se generaliza como sistema de valoración en el análisis de casi cualquier objeto de diseño, con el riesgo colateral de cobijar bajo su manto otras categorías de juicio más complicadas de aplicar, como la pertinencia, eficiencia, sustentabilidad, integración contextual entre muchas otras.

Para no perdernos en consideraciones de apreciación que pueden ser abordables en otro momento, me gustaría presentar un caso más específico de la ocurrencia del valor de esfuerzo y la posible conveniencia de su omisión en el campo del diseño del paisaje.

Sea a modo de ejemplo la comparación apreciativa de 2 espacios con características contextuales similares, supongamos para efectos de comprensión didáctica que existen 2 terrenos adyacentes en un espacio dado. Estos dos terrenos de áreas similares y condiciones de suelo y clima análogos tienen dos trabajos de pasaje completamente diferentes.

Asignemos al terreno “A” el trabajo de diseño de un paisajista “x”. Ahora bien, al terreno vecino, al que llamaremos terreno “B”, le asignaremos el trabajo de paisajismo a la naturaleza, es decir, la inclemencia de los elementos climáticos y sus particularidades fortuitas, dadas por el ambiente en el que se encuentran inmersos ambos espacios.

Vamos a intentar que el ejemplo sea más cercano, visualizable y específico diciendo que ambos terrenos se encuentran en esta ciudad, en esta colonia, digamos que este edificio no existe y sólo están los dos terrenos separados por una barda de tabique. Hablamos entonces de 2 espacios situados en la ciudad de Toluca, con un clima cambiante, predecible pero difícil de trabajar en el campo del diseño paisajista.

Supongamos que el terreno “A” fue trabajado durante 1 año por el paisajista “x” bajo los principios del jardín francés, con algunas zonas de inspiración japonesa y con perspectivas ecológicas y ambientalistas, el dueño resulta ser amante de la naturaleza y desea que su jardín sea lo más amigable con el medio posible, tal vez por un lado un pequeño huerto, algunos árboles frutales, una pequeña fuente que de vida y brinde espacio para las aves y zonas de reproducción de especies nativas.
El diseño del jardín en el terreno “A” surge entonces siempre pensando en lograr un trabajo que cumpliera al menos con una lista de objetivos a saber:

Contribuir a regular el clima de la cuidad.
Captar el agua de lluvia hacia los mantos acuíferos.
Generar oxígeno.
Captar partículas contaminantes.
Amortiguar los niveles de ruido.
Conservar la humedad.
Disminuir la erosión del suelo y los riesgos de inundación.
Convertirse en sitios de refugio, protección y alimentación de fauna silvestre.
Brindar frutos, hortalizas, flores y plantas aromáticas.

Si tuviera que aventurar una cotización para la realización de este jardín en el terreno “A” diría que tomando en cuenta diseño, materiales, mano de obra y las especies vegetales introducidas, el costo total de este diseño paisajista estaría alrededor de los cien mil pesos mexicanos.

Y ocurre indefectiblemente que el diseño de un espacio como este requiere de tareas de mantenimiento que si se manejan de forma eficiente y se reducen las malas prácticas de jardinería podríamos aventurar otra cifra: el costo de mantenimiento del terreno “A” rondaría los 20 mil pesos mexicano anuales.

Generar esa cantidad de recursos, tanto para el diseño como para el mantenimiento requiere de mucho trabajo, trabajo que será valorado a la hora de que los vecinos contemplen el jardín y apliquen el juicio de valor de esfuerzo, todas las horas invertidas, los materiales, electricidad, control de plagas, trabajos alternos para generación de recursos, labor paisajística, se verán cobijados bajo el manto protector del valor de esfuerzo.

En el proceso de apreciación del espacio intervenido, se tratará de disimular el hecho de que es muy probable que el gasto energético de realización y de mantenimiento sumados no se ven compensados por la contribución climática del propio espacio. Y también se tratará de no evidenciar la generación de residuos y desechos durante el periodo de realización, así como la eliminación de especies presentes previas a la introducción de las nuevas plantas y animales.

También se tratará de amortiguar el cargo de conciencia en el secuestro de especies exóticas mediante la generación de micro hábitats adecuados para su supervivencia, manejo de la zonificación, sistemas de riego, tal vez un pequeño invernadero, malla sombra, sistemas textiles de control de maleza, y otros ingeniosos implementos asegurarán que vale la pena la apropiación y acaparamiento. Y nunca mencionaremos al público los gastos energéticos y sus consecuencias ambientales derivadas de dichas estrategias de manutención.

Ya hemos hablado bastante del terreno “A”. Si echamos un vistazo sobre la barda para observar lo que ocurrió durante ese año en el terreno “B” observaremos lo que ya estamos acostumbrados a ver en los terrenos baldíos de esta ciudad.

El terreno “B” después de un año bajo el ojo poco vigilante de su entorno sucumbió al poder de los elementos. En una esquina hay un montón de basura que apenas se alcanza a distinguir porque los dientes de león y tomates silvestres ya casi la han cubierto en su totalidad, en el centro hay una batalla entre 2 tepozanes y un grupo de dalias en flor, el frijol silvestre casi ha cubierto la barda, en el suelo hay al menos 10 diferentes tipos de gramíneas compitiendo por espacio y recursos, un enorme charco en algún extremo brinda refugio a renacuajos y larvas de catarinas que devoran a las larvas de mosquitos, las aves han hecho nidos por todos lados, el cadáver de muchas plantas que no sobrevivieron a su primera sequía ya se han convertido en un sistema de acolchado para los brotes de este año.

El caos reina en todo el espacio del terreno “B” no hay un solo rincón deshabitado, y cada centímetro está en disputa constante, este caos es el mismo que asegura su dinamismo, transformación constante, un arbusto de salvia está a punto de morir para dar lugar a un rosal que es mucho más poderoso, en las grietas abiertas por pequeñas margaritas silvestres se han instalado fuertes dientes de león y un par de nopales que tas están desterrando poco a poco, cuando llegue la siguiente sequía, el territorio conservará solo a aquellos que se adapten al cambiante clima de Toluca.

Quiero proponer un ejercicio más, Ignoremos por un momento el valor de esfuerzo. Tenemos en consecuencia 2 terrenos de similares características y podemos deducir que ambos cumplen con la serie de objetivos propuestos. Ambos espacios contribuyen a regular el clima de la cuidad, captan el agua de lluvia hacia los mantos acuíferos, generan oxígeno, captan partículas contaminantes, amortiguan los niveles de ruido, conservan la humedad, disminuyen la erosión del suelo y los riesgos de inundación, son sitios de refugio, protección y alimentación de fauna silvestre, brindan frutos, hortalizas, flores y plantas aromáticas.

Todavía más, El terreno “B” no requiere de gastos energéticos, no ocupa mantenimiento ni sistemas de riego. Prescinde totalmente de estrategias de control ya que recurre a la autorregulación biótica natural. Durante su creación, más bien desarrollo no requirió de costos de diseño, mano de obra, no ha introducido especies exóticas y mantiene controlada su población y manejo de recursos de forma eficiente y sustentable.

EL diseño paisajista se está enfrentando a un nuevo escenario. Con los avances y cada vez mayores conocimientos acerca de las dinámicas del entorno biótico y su sistema de relaciones entre recursos, espacio y seres vivos, el paisajista contemporáneo se ve a sí mismo con la obligación de omitir el valor de esfuerzo en favor de reforzar el valor de los principios fundamentales observados en la naturaleza.

Estos valores forjarán los parámetros de diseño, realización y apreciación de los trabajos de paisajismo en el futuro cercano. Me aventuraré a nombrar como parte de esta naciente lista de preceptos a los siguientes:

Entropía. La utilidad del caos no requiere de su comprensión, si no de la conciencia de su papel en el medio
Biomímesis. La naturaleza ha resuelto todos los problemas, algunos desde hace miles de millones de años, ya no es tan aconsejable preguntarle al vecino, dirijamos nuestras preguntas al pasado evolutivo.
Autopoiésis. El entorno natural presenta mecanismos de autorregulación que transportan a los seres vivos de forma a veces violenta pero siempre indefectible hacia el dinamismo sustentable
Arqueología del paisaje. El trabajo del paisajista con el espacio a intervenir no se detiene en su contexto coetáneo, requiere de la observación del pasado, y de la inferencia de su futuro ambiental.
Observación consciente. Sentarse a ver crecer la hierba es la tarea más importante y fundamental del paisajista de las nuevas generaciones, de ello depende la comprensión del entorno.

Lectura recomendada:
El valor de esfuerzo en la valoración de cualquier objeto puede nublar la visión del observador provocando distorsiones apreciativas. Es por ello que este artículo no lleva bibliografía, la cantidad de fuentes, la calidad inferida de las mismas y la pertinencia esperada de esos textos se convertiría en una palanca que daría fuerza al valor de esfuerzo percibido en la realización de este documento. Por otro lado quiero aprovechar el espacio dejado por dicha ausencia bibliográfica para recomendar algunos textos que pudieran encaminar al lector en la dirección propuesta.

Althusser, L. Para un materialismo aleatorio. Arena libros, Madrid, 2002.
Benyus, J. M. (2012). Biomímesis: cómo la ciencia innova inspirándose en la naturaleza. tusquets editores.
Bourriaud, N. Estética Relacional. Adriana Hidalgo Editora, Argentina. 2008.
Camarena, P. 2010. Xerojardinería. Guía para el diseño de los jardines de Ciudad Universitaria. Secretaría Ejecutiva REPSA, Coordinación de la Investigación Científica, UNAM, México, D.F.
De Val, E. Et. Al. Ecología y Evolución de las Interacciones Bióticas. Fondo de Cultura Económica. Centro de Investigaciones en Ecosistemas. UNAM. 2012.
Gómez-Pérez, B. 1994. Rescate de la memoria histórica del pueblo de Santa Úrsula Coapa. Gobierno del DF, Delegación Coyoacán, Dirección de Fomento Cultural, México, D.F. 127.
Lane, N. (2015). Los Diez Grandes Inventos de la Evolución. (Primera edición en México) México Editorial Ariel.
Lot, A. (Coord.). 2007. Guía ilustrada de la Cantera Oriente. Caracterización ambiental e inventario biológico. Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel. Coordinación de la Investigación Científica, UNAM., México, D.F. 253 pp.
Lot, A. y Z. Cano-Santana (eds.). 2009. Biodiversidad del ecosistema del Pedregal de San Ángel. Libro Conmemorativo del 25 aniversario de la Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria (1983-2008). Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel. Coordinación de la Investigación Científica, UNAM., México, D.F. 538 pp.
Margulis L. (1998). Planeta Simbiótico. Barcelona: Debate.
Maturana, H R. (1997). De Máquinas y Seres Vivos, autopoiésis de la organización de lo vivo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
Pérez, A., Higuera, A., Santamaría A. (2014). Aproximación natural al diseño relacional. Revista Iberoamericana de Ciencias. Julio 2014. ISSN 2334-2501
UNAM. 2006. Morada de lava. Armando Salas Portugal. Las colecciones fotográficas del Pedregal de San Ángel y la Ciudad Universitaria. UNAM, México, D.F. 199 pp.

jueves, 12 de mayo de 2016

El TREN

Publicado en la revista CAMBIO del Estado de México en abril 2016

La vuelta del tren. El regreso del ferrocarril como medio de transporte de pasajeros. Está en el aire en toda América la idea de volver a viajar en tren, y si bien hay una carga romántica en el deseo de vivir al ritmo de las viejas y elegantes estaciones, lo cierto es que hoy por hoy es una opción ambientalmente sensata.

Desde finales del sXIX a finales del sXX, los viajes sobre rieles nos duraron escasos cien años y fueron desaparecidos por decisión de gobierno, no a pedido del público. Fue el neoliberalismo político el que desmanteló los ferrocarriles y con ellos se acabó un transporte barato y menos peligroso que el de los autobuses que vino a sustituirlo. Alcancé a viajar en 1982 de México a Veracruz en camarote, a lo largo de la noche y en 1995 recorrí el Chihuahua-Pacífico, el famoso Chepe, único tren de pasajeros que aún sobrevive en México.
La historia de los tranvías es antecedente. Las capitales latinoamericanas se deshicieron de los tranvías para abrir paso al caos vehicular que nos agobia. Paralelamente las naciones latinoamericanas dejaron abandonados los ferrocarriles hasta concesionarlos o cancelarlos totalmente con el consecuente aumento de camiones de carga en las carreteras. Esto último nos convierte en víctimas de accidentes frecuentes entre vehículos de tonelaje muy dispares.
Hoy asistimos en el valle de Toluca a la construcción de una obra muy llamativa y costosa para sostener en lo alto los vagones del primer tren del siglo XXI. Le damos la bienvenida al tren de pasajeros, pero en lo particular, me cuestiono porque no se hizo subterráneo entre Zinacantepec y Lerma. La excavación en forma de tubo (¿recuerdan la máquina excavadora “La Rielera” usada en la Ciudad de México?) es sensata porque la forma ayuda a la función. La profundidad de la línea podría haber sido menor que la propia cimentación de las columnas de la actual estructura elevada. Pero lo mejor hubiera sido conservar los prados del camellón, que tienen vocación de parque lineal de 20 kilómetros de largo.
Esta obra del tren elevado más todos los puentes que se han construido recientemente parecen diseñados por “mirreyes” prepotentes que sólo saben gastar dinero y que desprecian el valor de la vida del peatón y del trabajador en bicicleta. Ignoran el valor del paisaje porque viven de noche y llegan a inaugurar los adefesios con lentes de sol. Que no se pueda cruzar una vía rápida los tiene sin cuidado porque ellos no nacieron pobres. Ellos valen por la nave que conducen o por el chofer que les maneja y desconocen el valor de los talleres de consulta y discusión de la obra pública. El ejercicio intelectual les da flojera. Claro, no son servidores públicos y los servidores públicos solo negocian las vacaciones pagadas con los contratistas, o bien están pintados en la silla de la oficina. Falta competencia en las secretarías de gobierno involucradas y sobra audacia e impunidad entre los contratistas que han convertido el valle del Matlatzinco en una montaña rusa pavimentada.


martes, 15 de marzo de 2016

ACTAS CADUCAS

LA CADUCIDAD DE LAS ACTAS DE NACIMIENTO
Susana Bianconi
Publicado en CAMBIO del Estado de México #129, febrero 2016
Desde que su Alteza Serenísima Antonio López de Santa Anna impuso un impuesto a las ventanas, no se veía algo semejante. Aunque el absurdo es ahora mayor, porque vivimos en una era digital de archivos soportados en grandes bases de datos que deberían ahorrarnos tiempo y darnos certeza.
Y sin embargo ahora nos amanecemos con la novedad de que las actas de nacimiento caducan, se pudren. Justo en este tiempo de refrigeración extrema en los supermercados, de cámaras frigoríficas de antología y de adición de conservadores químicos a los alimentos, ya nada se echa a perder excepto las actas de nacimiento. Parece que los registros civiles carecen de refrigeradores.

Consecuentemente hay que volver y volver y volver cada año a por otra acta fresquecita. Ahora es fácil, por 66 pesos, salen calientitas por un despachador automático al que solo se le insertan los 18 dígitos de la CURP. Magnífica base de datos que el Estado no comparte con el propio Estado: ni la SEP, ni el INE, teclean los 18 dígitos para cotejar en pantalla el acta, y pasar a lo que sigue sin necesidad de guardar otro papel en la era digital.

La burocracia disfruta volviendo un trámite atrás, a empezar de nuevo, debido a los tres días que lleva el acta caducada y entonces a pagar 66 pesos de nuevo. A deambular de módulo en módulo hasta dar con el que tiene internet y entonces insertar los 18 dígitos, operación que podría hacer cualquier dependencia pública solicitante, sin necesidad de mandar al ciudadano a la peregrinación de marras… pero entonces no entrarían los 66 pesos.

La CURP es gratuita y es con ella que se obtiene el acta, que es costosa. Cuesta 66 pesos más uno o varios días de rabia, de tiempo perdido, de transporte utilizado, de impuesto a haber nacido en un sistema con fecha de caducidad y con impuestos disfrazados de modernidad. Con instituciones autónomas que le hacen el juego a la sacadera de dinero estatal solicitando actas fresquecitas. Con sumisión y obediencia de un pueblo manso y resignado.

Los tiempos de Santa Anna eran de guerra, de invasiones extranjeras, de usurpaciones territoriales disfrazadas en los tratados como adquisiciones. Y es esa simulación la que renace ahora digitalizada y que corrompe y agusana las actas de nacimiento con fecha de caducidad.


jueves, 10 de marzo de 2016

ÁRBOLES Y ESPECTACULARES CAÍDOS

Texto compartido en Redes sociales el 10 de marzo de 2016 a raíz de vientos extraordinarios por:
Mtro. Andrés Galindo Bianconi

Analizando las fotos de los numerosos árboles que han sido derribados por el viento en este Valle de Toluca, he llegado a las siguientes conclusiones: 

1. Las especies que afectó el viento son en su mayoría tres:Eucaliptos (Eucalyptus globulus), Cedro Blanco (Cupressus lindleyi) y Acacias (Acacia longifolia).

2. En el caso del eucalipto es un árbol de rápido crecimiento, raíz poco profunda y madera vidriosa, lo mismo que la acacia. De ahí que se volteen o caigan ramas. 

3. En el caso del cedro blanco, si bien el árbol crece con una raíz pivotante central y varias laterales, se observa que los árboles caídos carecen de ella. Lo que hace pensar que la raíz central que es dañada cuando se siembra (posiblemente al sacarlo de su bolsa) ya no se regenera y solo se desarrollan las laterales, insuficientes para detener el volteo del árbol. 

4. Los tres árboles antes citados son PERENES, es decir, tienen follaje todo el año, por tanto ofrecen mucha resistencia al viento en febrero y marzo (finales de invierno) que es cuando se presentan estos fenómenos.


5. Contrariamente, árboles como los Fresnos (Fraxinus) o Sauces (Salix) no presentan daños, por ser árboles CADUCIFOLIOS y por esto no contar con muchas hojas en esta época del año, además de contar con un sistema de raíces muy fuerte y en el caso del Fresno con una madera muy resistente. 


6. Muchos de los árboles caídos probablemente hayan sido mutilados en sus raíces por la construcción de guarniciones, bardas o lineas de servicios (gas o drenaje).


De los espectaculares concluyo:
1. Me parece que uno tiene el derecho de vivir en una ciudad bella y de gozar del paisaje, por esta simple razón han sido prohibidos en Europa.


2. Son ilegales, dudo que cuenten con licencia de uso de suelo o de construcción, Desarrollo Urbano Municipal podría multarlos y demolerlos. En el caso del de la vialidad Toluca-Tenango, es la Junta de Caminos quien los tolera  ya que están en el derecho de vía. Muchos espectaculares están en blanco a la espera de la próxima campaña política.


3. Técnicamente, en cálculo de volteo por viento los ingenieros se basan en el Reglamento de Construcciones del DF, que es muy estricto en cuanto a sismo, pero muy laxo en cuanto a viento, ya que la CDMX si bien tiene un suelo con poca capacidad de carga, tiene muy poco viento por ser una cuenca cerrada, se calcula para una máxima de 80km/hr. A diferencia del Valle de Toluca que es más ventoso y donde una racha puede superar esta velocidad.

jueves, 25 de febrero de 2016

PATIOS

LOS PATIOS MEXIQUENSES

Susana Bianconi
Publicado por el Fondo Editorial del Estado de México en el libro 
Arquitectura Vernácula y Tradicionalista del Estado de México
febrero 2016

La higuera permanece
como muda vigía
en esta casa de siglos,
contagiando de savialos cimientos añejos
que la levan al viento
Y por eso la Higuera

-lengua del caserón-
congrega los presagiosen 
en obscuros racimos
Flor Cecilia Reyes

Los Patios

El patio nos habla de un tiempo pasado que fue mejor. En Metepec, el patio de la casona de Jorge Luis y Flor Cecilia ha sobrevivido, gracias a la sensibilidad de ambos, a los avatares de la propiedad, que como tantas otras ha sido dividida entre herederos y destinada a fines diversos. Hoy en ese patio se escucha el Jazz que proviene del restaurante de la planta alta, donde el piano está montado sobre la troje y donde las ramas altas de la higuera alcanzan la terraza de los fumadores que adivinan la luna entre sus follaje. Las subastas de arte, las catas de vino y las charlas de amigos se dan en torno al patio de esta casona en esquina que ha corrido con la suerte de mantenerse en pie para dar identidad al pueblo mágico.

Las partes constitutivas del patio
Esencialmente el patio mexiquense se define por un rectángulo abierto al centro de un inmueble y a nivel de calle, rodeado de un pasillo alzado por tres  o cuatro escalones. Este corredor soporta su techo con columnas esbeltas formadas por una basa de cal y canto repellada, una base de piedra labrada y un fuste de madera cilíndrico de al menos tres metros de altura. Barandales o poyos circulan la galería, a la cual se abren los cuartos con delgadas puertas de dos hojas y generosa altura.
El rectángulo central está generalmente embaldosado con cuarterones de barro o lajas de piedra y puede contener al medio una fuente, resabio del aljibe del pozo de agua.
                  

                                        

Fig. 1- Sede alterna COLMEX, Toluca                     Fig. 2 Ex Hacienda San Martín, Ocoyoacac

El acceso al patio
El zaguán por el que se accede al patio desde la calle puede tener una o dos puertas: el portón grande y sólido que se alinea con los muros a pie de banqueta y el segundo, de reja de madera, el que aun permaneciendo cerrado permite la compra de tortillas o de hierbas a través de sus barrotes. Facilita también la vista furtiva hacia ese el pozo de luz y verdor que es el patio, sin invadir la privacidad de la casa.
                
La vegetación de los patios
La vegetación de los patios mexiquenses es una miscelánea difícil de comprender al primer vistazo. A pesar de las variedades climáticas del Estado, la característica común de los patios mexiquenses es el coleccionismo, es decir, la variedad per se. En tierra o en macetas, las plantas no siguen un diseño cromático o una voluntad de conjunto, sino una suma de partes, todas ellas distintas entre sí.
 

Fig. 5 Casa de la Sra. Mary, Santa Ana Tlapaltitlán, Toluca. Foto: Felipe Consuelo

Un par de frutales es lo más que vamos a encontrar en cuestión de árboles en un patio mexiquense, como los dos guayabos de la casa Joaquín Arcadio Pagaza de Valle de Bravo. Pero en cuanto a plantas se refiere, la lista es interminable y el caos visual también. No será raro que un ama de casa rechace una planta regalada porque “esa ya la tengo” y la cambie por alguna otra, como coleccionista de estampillas. Consecuentemente, el ojo no reposa en un arriate lila o en un maciso amarillo,  sino que salta nervioso de un lugar a otro como tratando de encontrar la cabecita alada en un retablo barroco.
Las plantas silvestres no forman parte de este conjunto, salvo algunas medicinales. Las jaulas de pájaros en cambio están presentes con su cauda de trinos que nadie osa poner en libertad y la diversidad de botes y macetas varias, dista mucho de formar un ritmo o una cadencia coherente. Debe reconocerse que detrás de este coleccionismo hay una persona amante del color y de la vida, que riega las plantas y que habla con ellas. Terapia cotidiana de ver crecer y florecer un “piecito” obsequiado por la vecina o una añosa enredadera de la abuela.
Abuela que toma el sol en la galería del patio, que se acomoda trabajosamente donde el sol le entibia sus rodillas y no le quema la cabeza cana. Privilegio de este espacio semi-cubierto íntimo y familiar que es el corredor del patio, donde la fruta la provee la higuera o el guayabo y donde el aire está impregnado de aromas dulces que juegan en el patio donde el viento nunca arrecia, donde las heladas no caen y donde el cielo se abre entre el follaje.

Adiós a los patios
  Coincide la desaparición de los patios con la introducción del concreto armado. Y no es casualidad sino evidencia, del fin de la arquitectura vernácula en las zonas urbanas del Estado de México. La fecha puede ubicarse en la década de 1940. La industrialización se exportaba desde Hollywood a toda Latinoamérica. El patio se cambió por el jardín en rededor de la casona, cuando Pedro Infante se bajó del caballo para subirse al convertible.
 Con la pavimentación de las calles en concreto hidráulico (que en Toluca ocurre en 1951) llegan los autos americanos, el garaje al frente, la casa al centro del predio y el adiós a los patios.

Esencia
El patio es a la casa lo que los portales son a la plaza. Patio y plaza han desaparecido de los vocabularios arquitectónicos y urbanísticos contemporáneos. Son, sin embargo, parte de un pasado patrimonial que valoramos los nostálgicos… y algunos buenos arquitectos como Mario Schejtnan y Jorge Calvillo.
 

Fig. 6 y 7: Malinalco, patios de Mario Schetjnan y de Jorge Calvillo