lunes, 9 de octubre de 2017

RENCOR

RENCOR
Susana Bianconi                                                                                                09 /10/17

A Narcisa  la asaltaron el sábado pasado a bordo de un autobús repleto de gente que iba de Toluca a Valle de Bravo, vía Villa Victoria.
En la terminal de Toluca, a las dos de la tarde pasa los protocolos de seguridad como todos los demás, pero saliendo de la terminal, ahí nomás, se suben un montón de varones que saturan el pasillo y hasta las puertas de acceso.
Tres disparos al techo de la unidad y el pánico paraliza a los pasajeros originales.
En total se llevan siete computadores de estudiantes, todos los celulares; las rayas sabatinas de los trabajadores y una veintena de bolsas y morrales con documentos y tesoros personales.
Son cuatro y se bajan en un tiradero en las afueras de la ciudad, antes de la Hortaliza, antes de que pase una patrulla. Las jóvenes lloran, el maestro albañil retiene sus lágrimas porque se llevaron la raya de sus trabajadores y ¡quién le va a creer!
Al chofer le robaron lo recaudado fuera de la terminal más su teléfono celular. Sigue camino. Sólo avisa en Villa Victoria que no entregará dinero en Valle de Bravo porque lo acaban de asaltar.
Narcisa no duerme. La noche anterior han asaltado a su yerno, a bordo de un taxi… lleva dos noches sin dormir y el rencor se le acumula. No es la única, hay muchas víctimas cotidianas como ella, que no saben dónde recibir asesoría.
Yo con gusto hablaría en radio, pero el programa en el que salía al aire ha dejado de transmitirse. Con gusto lo escribiría en la revista mensual donde colaboro, pero desde julio ha dejado de editarse.

El silencio y la impotencia cierran la garganta. La impunidad reina y el rencor se acumula… ¿hasta cuándo?