sábado, 10 de octubre de 2015

EVENTOS

¡Aguas!

Publicado en CAMBIO del Estado de México, #124, septiembre 2015

Yo inauguré esa carretera, me dijo el estudiante universitario con el que estaba charlando después de clase. Se refería a la carretera Toluca- Xonacatlán, más precisamente al ensanche que años atrás se hizo del tramo justo al cruce con el río Lerma.
¿Cómo está eso? Le pregunté.
Venía de México, me bajé en la parada y me atropelló un carro cuando cruzaba a mi casa en el Fraccionamiento Las Misiones.
Mientras yo ahogaba un grito, él se levantó el pantalón hasta la rodilla y puede ver sus cicatrices. Lleva tres cirugías y le falta una cuarta. Ha pasado el tiempo desde aquél diciembre de 2012 y uno de los huesos aún no suelda.
¿Acaso no te fijaste al cruzar? Claro, me contestó, yo me fijaba del lado en que podían venir los autos, pero el urbano me salió en sentido contrario. Sí, y no lo vi porque era de noche y la unidad llevaba las luces apagadas para que la patrulla no se diera cuenta que se metía en contrasentido para no ir a girar hasta el retorno.
La rabia me iba ganando a la perplejidad. Él siguió: a los dos días atropellaron a otra señora que se salvó, pero pocos días después dos chicas estudiantes perdieron la vida ahí mismo. Y todo sigue igual, sin puente peatonal, sin semáforo peatonal, sin arbolado en los camellones que protejan al peatón y amortiguen los golpes, sin señalizaciones, sin poder cruzar.
¿Cómo sin poder cruzar? pregunté. Pues ahora no se puede cruzar porque se inunda. Una empresa pavimentó el río afluente del Lerma que pasa por ahí y pues, ahora se inunda y hay que esperar de cuarenta y cinco minutos a una hora para poder cruzar…
La conversación no era casual, venía del caso de dos jóvenes universitarias atropelladas al intentar cruzar el Paseo Tollocan frente a sus facultades. Venía de la discusión sobre el tema de haber perdido un Paseo a cambio de un Viaducto rápido, inhumano. De  haber perdido la Glorieta Francia, de haber perdido los retornos y a cambio haber ganado velocidad vehicular.
¿A qué ciudadano de la colonia Nueva Oxtotitlán o a qué estudiante del campus se consultó para hacer esta supervía urbana? ¿Quiénes tomaron las decisiones de acelerar a los vehículos e impedir los cruces peatonales a nivel? ¿A quiénes benefician estas vías rápidas que dividen la ciudad? Habrá muchas respuestas a estas preguntas en el Coloquio Internacional de Diseño que se llevará a cabo el 1 y 2 de octubre en la Facultad de Arquitectura y Diseño, dado que el tema escogido en esta ocasión es La Calle.
No sé si las actividades académicas trasciendan los límites de la Universidad o si el pensamiento y el conocimiento que generan se quede encerrado en sus límites, pero la calle nos preocupa y nos ocupa. Nos duele porque La Junta de Caminos no escucha opiniones y destruye hitos para acelerar el tránsito vehicular, como lo hizo con la Glorieta Francia. Para ella va este esquema, donde recuperar el perfil original de la disminuida glorieta puede reducir la velocidad y entonces permitir el cruce peatonal en cuatro tiempos a la vez de recuperar los retornos con un cómodo radio de giro.


Este “evento” urbano, dará escala humana al sitio y comunicará peatonalmente ambas márgenes del Paseo Tollocan sin poner en riesgo la vida de nadie. Bajemos la velocidad y alcemos la peatonalidad. 

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