viernes, 23 de septiembre de 2016

ESPACIO PÚBLICO ENTORNO A LAS ESTACIONES DEL TREN

CARTA ABIERTA
TREN Y ESPACIO PÚBLICO
Publicado en CAMBIO Estado de México # 136, Septiembre 2016
Al Secretario de Comunicaciones y Transportes
A la Secretaria de la SEDATU
A los Presidentes Municipales de Zinacantepec, Toluca, Metepec, San Mateo Atenco y Lerma

Con la llegada del tren al valle de Toluca sobrevienen necesidades nuevas: plazas de desahogo de viajeros, estacionamientos para bicicletas (conocidos como racks), edificios de estacionamientos para autos, paradas de autobuses generosas y bien diseñadas, pasos peatonales con reductores de velocidad, áreas de espera sombreadas preferentemente por árboles que ayuden también a mitigar las inundaciones a través de sus raíces infiltrantes.
¿En dónde se hará toda esta infraestructura urbana que acompaña al tren? Buscamos en los planes de desarrollo urbano de los municipios afectados y no encontramos propiedad pública de ningún terreno estratégicamente ubicado. Es más, el Municipio de San Mateo Atenco, que colinda con dos estaciones, carece de plazas públicas; más bien, tiene una sola y muy lejos, del siglo XVI, en su centro.
Metepec no se queda atrás: contaba con unas canchas de futbol a escasos 100 metros de la nueva estación del tren Tecnológico, en San Jerónimo, pero súbitamente, en el bienio de Carolina Monroy, esas canchas fueron enajenadas por medio de malla ciclónica. El sitio sí es apto para un estacionamiento de varios pisos, pero los vecinos no saben a quién pertenece ahora el terreno o si fue desincorporado de la Hacienda Pública o vendido a particulares.
           
El terreno de 4,800 m2 es tan público que ostenta un espectacular donde se anuncia el gobierno del Estado, en cuyo caso, es el Estado de México el que está en la obligación de destinarlo a los espacios de infraestructura urbana que enumeramos al principio, ya que es un sitio estratégico porque se sirve de tres calles: el Tecnológico, Cisnes (en terracería) y Adolfo López Mateos.
Ahora bien, cada Municipio tiene la obligación social de adquirir la tierra que haga falta para hacer menos improvisada esta obra del tren. Subir y bajar de un tren es una vivencia imborrable, es una puerta de entrada a la historia de nuestra vida y consecuentemente debemos cuidar las formas y darle al viajero el respeto que se merece.
La inversión pública en torno a las estaciones puede brindarle a un municipio mucho dinero, puede ser autofinanciable debido a que los estacionamientos son de los negocios más rentables, así como las cafeterías y los sanitarios de paga. Pero aún más: si con el tren se favorece el flujo de gente afluente, la inversión pública en imagen urbana y equipamiento dará ganancias inmediatas a todos los municipios porque elevará el valor de las tierras bien servidas.
Se debe pensar a futuro y no a posteriori. Aún hay baldíos que la hacienda pública puede y debe adquirir para brindar un servicio integral, para evitar el changarrismo, los atropellados, los tumultos y los asaltos. Hacer ciudad es tarea pública. El tren por sí solo no hará ciudad.
Por la atención que le brinden a este escrito quedo agradecida

Dra. Susana Bianconi

jueves, 8 de septiembre de 2016

Valle de Bravo

ENTORNO AL LAGO DE VALLE
Susana Bianconi   
Publicado en CAMBIO del Estado de México #135, Agosto 2016, pag 31

La belleza del paisaje es frágil, sobre todo cuando se le manosea con concreto. No es una buena idea el introducir materiales industrializados en un pueblo mágico. Las buenas costumbres y el sentido común nos dicen que lo sano es usar en ellos materiales naturales, regionales.  Y es adecuado el respetar los árboles existentes así como fomentar nuevas plantaciones.

En Valle de Bravo se está imponiendo un criterio urbanístico propio de alguien que se dedica al transporte pesado. Los vehículos de carga contemporáneos requieren radios de giro de 15 metros y consecuentemente acaban con los recodos, con las románticas ramas bajas de los árboles y con los callejones empedrados. El sistema industrial de abasto de supermercados es indeseable en un pueblo que vive de sus huertas, de sus frutales y flores. Se ve que no hay un amante del arte de caminar al frente de todos los desatinos que se proponen en Valle y me preocupa porque estos proyectos carecen del alma vallesana.

Entender y respetar el espíritu del sitio es la máxima del diseño de paisaje. El Genius Locci. Valle de Bravo es un frágil tesoro que puede perderse si se sigue incentivando el acceso de camiones de carga a los supermercados y si no se inhibe con delicadeza el uso del automóvil. ¿Cómo hacerlo? Debemos lograr que se vuelva más fácil caminar que manejar. Debemos lograr que el subir a Monte Alto sea un paseo en funicular y no un largo camino vehicular. Debemos lograr que el turista no sea un consumidor de estereotipos de plástico, sino que valore el genius locci de Valle de Bravo.

Muchas pequeñas ciudades europeas pasaron por situaciones semejantes y apostaron por la bicicleta, por el peatón y por los vehículos pequeños para reparto de mercancías. Los triciclos eléctricos sustituyeron a los estorbosos camiones repartidores.
foto: Felipe Consuelo
La vuelta al lago
Darle la vuelta al lago en bicicleta debe ser otra prioridad. El estado cuenta con la franja costera, un perímetro bastante generoso y ancho donde las pendientes que bajan al lago son suaves, y algo más angosto donde las pendientes son abruptas. Entre la cota 1830 y la  1831 (msnm) la tierra es federal.  A lo largo de esta cota y enteramente a un mismo nivel, se puede hacer un sendero costero  de terracería, arbolado, que permita caminar o rodar el maravilloso lago. Sin usar concreto alguno, sino quizás, donde fuera necesario, piedra y madera.

Este paseo costero podría unir, sin subidas ni bajadas, la costa del embarcadero con Avándaro, El Cerrillo y San Gaspar. La alternativa de usar la bicicleta será tanto deportiva como utilitaria. Cada bicicleta quitará un auto de circulación en el centro del pueblo. Hacer pierna, como en Taxco, se volverá otro deporte vallesano. Unos coquetos puentecitos salvarán la desembocadura de los afluentes del lago. Es cuestión de maña, no de fuerza.


La escala humana debe seguir siendo la medida de todas las cosas en Valle de Bravo y en todos los pueblos con encanto.