sábado, 2 de marzo de 2024

GAZA

 

Anoche acosté a mis nietos.

Sin hambre, sin sed, sin frío, sin miedo.

Leímos cuatro libros y apagando la luz nos acurrucamos.

En la mañana vi sus caritas en una foto de Gaza.

La nena lloraba por su hermanito herido.

Eran ellos, igualitos.

Y no puedo seguir viviendo sin asistirlos.

No puedo ser feliz frente a sus caritas de dolor.

Quizás perdonen. No es de Dios tanta impotencia.

¿Habrá una abuela que los acurruque?



02 de marzo 2024