miércoles, 28 de abril de 2021

 Prólogo QR



P R Ó L O G O

Toluca -Metepec:  Una Heterotopía de Carla Valdespino

 

Este trabajo de Carla Valdespino nos lleva de su mano a recorrer parte de su vida, su historia de vida, en el escenario cambiante del valle de Toluca.

Narrado en primera persona, el personaje central es ella descubriendo y redescubriendo los espacios de su infancia y adolescencia; espacios que se pueblan de gente diversa con quienes entabla diálogos efímeros. Las fotos nos ayudan a ver a través de sus ojos los detalles precisos de este mundo peri-urbano que describen.

Carla detecta las carencias espaciales de las vías donde nos movemos. Nos cuenta cómo sobrevivimos adaptándonos al cambiante espacio físico de ciudad. Muchas de estas carencias provienen, según lo expone, de las sucesivas demoliciones que ha experimentado Toluca, ciudad palimpsesto.

Metepec aparece adherida a Toluca a fuerza de una ocupación territorial acelerada por el temblor de 1985, evento narrado por Carla desde sus recuerdos.

El valor del texto radica en barajar el desbarajuste. Es un camino andado desde la tristeza. Su enfoque es nihilista. No busca soluciones ni sugiere propuestas urbanas que curen la heterotopía del título.

Pre pandémica, esta obra se leerá digitalmente y no habrá manera de escribirle comentarios en los márgenes. Como la urbe, la escritura se separa de nosotros en estos años de soledad. Y con Borges Carla nos dice - no de Buenos Aires, sino de Toluca- que: …“no nos une el amor sino el espanto;/ será por eso que la quiero tanto”

 

Susana Bianconi

marzo 2021

 


sábado, 30 de enero de 2021

EL GRAN CHAPULTEPEC

 publicado en LA HOJA # 44           el 29 enero 2021



Susana Bianconi 

La incorporación de una cuarta sección al vasto Bosque de Chapultepec ha erizado la piel de los arquitectos paisajistas, básicamente porque el proyecto no está en manos de ninguno de nosotros sino en las de un audaz artista conceptual. Gabriel Orozco no revela quiénes integran su equipo de trabajo, cosa insólita dada la variedad de disciplinas que deben cooperar para el juicioso desarrollo del proyecto. 

Cuando Diego Rivera pintó el cárcamo de las aguas provenientes del río Lerma, en Chapultepec, lo hizo con alegría, con fe en la tecnología que hacía posible ese prodigio de pasar el agua de una cuenca a la otra… sin sospechar que esa proeza de ingeniería civil era el principio del fin del equilibrio hídrico del Valle de Toluca. Tendremos ahora la posibilidad de contárselo a los pies de su tumba, ya que el Panteón de Dolores será puesto en valor como parte del Gran Chapultepec, lo que permitirá realizar recorridos entre las tumbas de los grandes de México ahí enterrados. 

Poco antes de morir, Rufino Tamayo condicionó la donación de su obra y la de su gran colección de arte del siglo XX a que se le construyera un museo en Chapultepec. El genio del arquitecto Teodoro González de León hizo posible que el inmueble no fuera agresivo, gracias a los taludes verdes que lo mimetizan con el bosque. Y por ahí, más o menos, viene la postura de Orozco de querer sambutir un pabellón de arte conceptual donde está el Jardín botánico… ¡Tierra a la vista! Debe haber pensado al ver tantas plantitas… Se ve que no le importan y que no entiende que desenraizarlas para trasladarlas a otra locación no es tan fácil como mover piezas artísticas; ni es sensato ni se justifica habiendo tanto qué hacer en el resto del Bosque. 

La cuarta sección, de abrirse en varios puntos a la gente del antiguo pueblo de Santa Fe, será una dicha para quienes siempre han visto la barda perimetral de las Industrias Militares de la SEDENA y que ahora tendrán la posibilidad de cruzar por sobre esa gran cicatriz urbana que es Constituyentes para llegar hasta la colonia Roma en bicicleta. El aire de los tiempos. 

Y luego, eriza la piel de los paisajistas, la disparidad de infraestructura verde que existe entre los municipios mexiquenses que rodean la capital y la propia CDMX. Lo vimos en la película ROMA de Cuarón, cómo se urbanizó ese patio trasero donde hoy viven 11 millones de habitantes carentes de espacios públicos. Pasan los años y el contraste no se supera, seguimos divididos entre naturales y gente de razón. Los cuadros de castas que atesora el Museo de Historia en el Castillo de Chapultepec, lo ilustran. 

La presión popular por visitar las amenidades del Bosque de Chapultepec puede poner en riesgo la calidad de los servicios ambientales que brindan sus 800 hectáreas. Entonces los mexiquenses deberemos voltear a ver las 4 mil hectáreas que se habilitarán en el vaso de Texcoco y que al ser mayormente lacustres devolverán su esencia al valle de la gran Tenochtitlán. ¡Agua a la vista!