Sinvergüenza, según el diccionario de
la Real Academia de la Lengua, es la “persona que comete actos ilegales en
provecho propio, o que incurre en inmoralidades”. Si bien siempre han existido los
sinvergüenzas ahora aparecen en las noticias con mayor descaro.
Dos botones de muestra: Putin alegó
que las tropas que invadieron Ucrania no eran rusas porque no llevaban
distintivos… y después de la detención del Chapo Guzmán, hubo manifestantes que
marcharon con letreros que decían: “Chapo hazme un hijo”. Quienes observamos ambos espectáculos tuvimos
que reconocer que la realidad superaba a la ficción.
Pero no sólo los jerarcas rusos ni
las damitas de Culiacán hacen gala de cinismo, en el campo de los bienes raíces
se bailan bien las rancheras. La tierra ha sido siempre una constante minita de
oro para hacer sinvergüenzadas, como la que se observa en San Salvador Tizatlalli,
delegación de Metepec, donde un particular se ha apropiado de una calle con la
complacencia de las autoridades. Se trata del extremo norte de la calle Árbol
de la Vida, a su cruce con Avenida Tecnológico. El lote triangular al poniente de
la calle permite el uso comercial del suelo (CRU250) así como varios niveles de altura; mientras que el lote
al oriente de la calle es de uso habitacional (H417) y colinda con La Asunción.
El espacio público enajenado entre ambos es de aproximadamente 1,100 m2.
La “empresa” (así se refieren a ella
los funcionarios públicos) autora de la apropiación de la calle es aún
desconocida para los vecinos. Sin embargo ha tenido que dar su nombre para obtener
la licencia de uso de suelo y de bardeo para iniciar el despalme del predio,
despalme con el que ha tratado de disimular la calle apropiada. Al día en que
esto escribo (03/03/2014) y como evidencia de la ilegalidad de la maniobra,
sigue en pie el poste y los cables de la CFE dentro del “nuevo” terreno. Ahora
bien, para obtener licencias de construcción en Metepec se deben presentar
escrituras y será fascinante conocer el nombre del Notario Público que
“blanquee” esos 1,100 metros cuadrados de calle. Sin duda se volverá popular
entre quienes quieran seguir por ese caminito de quedarse con lo ajeno.
La cadena de sinvergüenzadas es larga
y se requieren dos para bailar tango. En este caso muchos más de dos, veamos:
el interesado, la autoridad de Desarrollo Urbano, el fedatario que invente antecedentes sobre la
traza urbana de San Salvador Tizatlalli y un Cabildo que mire para otro lado,
ufff. Son muchos.
La delegación de San Salvador
Tizatlalli carece de Plaza Pública y a la par pierde metros cuadrados de sus
calles de manera sumisa. El capital se ha enseñoreado por encima de
todos y hay un culto al poder del dinero que ensombrece el futuro de la
ciudadanía mientras hace brillar el
futuro de unos pocos servidores privados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario