domingo, 7 de octubre de 2012


REDUCCIONES DE INDIOS
publicado en CAMBIO del Edomex, septiembre 2012. Núm.88
foto: revista Obras


“Arquitectura para los pobres” se titula en español el magnífico libro sobre arquitectura de tierra que escribió el arquitecto Hassan Fathy, después de construir con adobe la villa Gourna en Egipto. El tema es relevante ahora que el gobierno de Chiapas ha construido un par de Ciudades Rurales (sic). Hassan Fathy construyó la célebre villa de Gourna enteramente en tierra y con su libro extendió a occidente el respeto por el adobe y logró la admiración de algunos arquitectos por las formas fuertes e intemporales. La lección que nos dejó fue la de involucrar a toda la comunidad en la construcción de su pueblo.

En Chiapas en cambio, la gente que habitaría las casas de 30 metros cuadrados no fue involucrada en el proceso. Es gracias a la visita del periodista Isaín Mandujano (Proceso 1869) que podemos dar un vistazo a la ciudad Nuevo Juan de Grijalva que se inauguró en marzo de 2011. Rodeada de verdes montañas la ciudad tiene calles sin arbolar, terrenos sin cobertura vegetal y carece de manzanas así como de edificios públicos relevantes. Cuando no se trazan manzanas, desaparecen las esquinas y con ellas desaparece la posibilidad de la variedad y riqueza características de la vida urbana.

Lo que Chiapas ha intentado construir es una reducción de indios, algo que hicieron los españoles ante la dispersión tradicional de los pueblos locales, los que vivían y aún viven rodeados de milpa. Claro que entonces, en la Colonia, las reducciones se trazaban siguiendo las sencillas y sabias reglas de las Leyes de India, que ponían en primer término al espacio público: la plaza y las avenidas que a ella llegaban y luego los solares. En cambio, algo ha salido mal en este laboratorio chiapaneco, hoy deshabitado. Se intuye la carencia de un plan maestro urbano y es posible que la traza haya sido dejada en manos del contratista.

Santiago El Pinar es otra ciudad rural chiapaneca y corre la misma suerte de ser una ciudad fantasma. No puede existir una ciudad rural, desde el término vemos el despropósito. O bien se hacen villas en el campo o bien ciudades cabales, las que dejan de ser rurales en cuanto se construyen. Partir de un término equívoco llevó al gobierno de Chiapas a cometer equivocaciones.

Históricamente, las ciudades se han fundado en forma espontánea, pocas son aquéllas que, como Washington, nacieron por voluntad política con plano maestro en mano. En México podemos citar a Puebla y a Morelia como ciudades trazadas ex profeso. Famoso es el caso de Brasilia, capital política de Brasil, diseñada y construida en los ‘60s en base a una propuesta, de moda entonces, de subdivisión de actividades humanas en áreas diferenciadas de la urbe. Por su puesto los albañiles se quedaron fuera del proyecto y de la ciudad y fincaron la primera favela en sus alrededores.

Construir con tierra en Chiapas, con esa tierra que se quitó para abrir calles, hubiera producido una arquitectura fresca y sólida en lugar de la arquitectura de utilería que nos muestran las fotos. Despreciar los materiales tradicionales es propio de gente poco preparada y mal educada. Recomendamos a contratistas y promotores urbanos leer el clásico de Hassan Fathy y luego voltear a ver las mal llamadas ciudades rurales chiapanecas.

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