PAISAJE
DEL CERRO DE COATEPEC
Susana Bianconi Escrito en 2014 para COMUNIFAD
El Cerro de los Magueyes donde nos
encontramos, forma parte de la Sierrita de Toluca, y como toda ella nuestro
cerro era pelón, es decir, carecía de árboles. Nopales y magueyes constituían toda
su vegetación a primera vista, junto a uno que otro tepozán a la orilla del río
que serpenteaba en su base, el Verdiguel.
En 1964, el gobierno del Estado de
México entrega el cerro a la UAEM para que expanda su infraestructura. El
terreno abarcaba también el parque Vicente Guerrero y el área de la clínica del
ISSEMYM al otro lado del Paseo Vicente Guerrero, por donde el Verdiguel seguía
su curso.
Y comenzaron las obras. El estadio es
peculiar, se recrea en la topografía y parece nacer del cerro gracias a la
elegancia y sensibilidad de su autor, el arquitecto Augusto Pérez Palacios.
Diez años más tarde su gradería se pintará de colores en la obra de Leopoldo
Flores, pintura que se extiende y sube por las rocas.
También se funde con el terreno la
obra del arquitecto Adolfo Monroy, tanto en Derecho como en Ingeniería, donde
la piedra usada se trabaja con maestría y confiere personalidad propia y digno
envejecimiento a los inmuebles.
Entonces la Ciudad Universitaria era
una comunidad abierta, sin reja hacia las calles circundantes pero sí separadas
las facultades entre sí mediante mallas ciclónicas, de la misma manera en que
hoy se enajena el Instituto de Investigaciones de la Universidad del resto de
la comunidad.
La eliminación del río debajo de una
losa de concreto debió materializarse en la década del 80. También en esos años
se circuló el cerro con una pobre solución arquitectónica, enajenando a la
Ciudad Universitaria de las colonias del rededor.
Para 1994 se me encomienda un plan de
paisaje para el cerro, el que realizo con la ayuda de los estudiantes Alejandra
Contreras y Lázaro González Frutis. Fundamentalmente el trabajo inició con la
limpieza general de hondonadas donde había bancas, pizarrones y materiales de
construcción abandonados y con la remoción de plastas de cemento que las
constructoras habían dejado a su paso sin responsabilidad alguna. Continuó la
lenta persuasión de eliminar las divisiones físicas entre organismos académicos
y se hicieron senderos señalados con columnas de tabique aparente.
También en tabique se hicieron las
lumbreras del río entubado que pasa entre Humanidades y Arquitectura, así como
un par de puestos de gorditas coronados con lámina en forma de cúpula. Se
plantaron numerosos árboles en el recién creado estacionamiento de Contaduría.
No todos prosperaron debido a la sequía intensa del año 1997.
En el 2000 se materializaron los
lagos Verde y Oro en el área deprimida frente a Ciencias Políticas. Fue una
agradable experiencia, buena, bonita y barata. No se usó concreto alguno, se
saneó el sitio con algo de cal y se hizo el fondo del lago con material del
desasolve de las presas cercanas, lodos activados que no costaron un peso. Los
lagos fueron inaugurados por el Gobernador César Camacho. El cerro de la
Teresona se duplicaba en sus aguas. Los tulares limpiaban el agua junto con la
lechuguilla que servía de alimento a los abundantes patos que llegaron volando
a anidar en la isleta que para ese propósito se hizo al centro.
Pocos años duró el encanto. Hoy en su
lugar hay una cancha de futbol rápido. Rápida fue también la manera en que
entonces se forestaron las laderas del cerro, con una franca tendencia a la sobrepoblación
de individuos. Vastas áreas del cerro requieren (en este 2014) de un clareo
bien pensado.
Entre los árboles especiales que
tiene el Cerro de Coatepec, se encuentran: un árbol de las Manitas en la
Facultad de Turismo y un Ahuehuete detrás de la Biblioteca Central, donde
alguna vez fue la rivera del lago efímero.
En cuanto a la Facultad de
Arquitectura y Diseño, poca es su área verde, sin embargo en 2005 se intentó
jardinar un amplio espacio con senderos serpenteantes de aserrín, los que
fueron luego destruidos para hacerlos de concreto con escalones.
Sin embargo hoy la Facultad luce
bastante verde y está próxima a inaugurar su primer muro verde, obra del
diseñador gráfico Azael Pérez, quien gusta de naturar objetos y que está
haciendo escuela, en esta actividad extracurricular en la FAD.
Dada la forma del cerro de Coatepec y
de la carencia de un circuito peatonal o ciclista a un mismo nivel, es decir,
siguiendo una misma cota, resulta poco transitado peatonalmente y sería
deseable que se recorriera con mayor facilidad. Es también importante que se valoren sus áreas naturales
(pocas realmente) como la que se encuentra en la parte trasera de Ingeniería
camino al estadio. Ahí, las rocas y la flora silvestre nos regalan en cada estación
del año una nueva estampa. La variedad de plantas es asombrosa y las
floraciones alegran el día de cualquier universitario que recorra el cerro,
dizque pelón.
Son 50 años de historia.
Muy buena información, trabajo en el hotel en león Guanajuato
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