Publicado en CAMBIO del Estado de México # 117, febrero 2015
Con
la desaparición de las banquetas, Metepec pone en riesgo a los peatones, impide
el arbolado urbano y desdibuja su perfil de pueblo mágico.
En
cada obra nueva, se autoriza el estacionamiento a partir del alineamiento y consecuentemente,
no emerge la arquitectura sino el vacío del espacio para los autos, los que se
suben a la desaparecida banqueta y pasan por sobre el derecho de los peatones.
Hasta
hace poco este fenómeno se apreciaba solamente en las gasolinerías, ahora en
largas tiras de comercios diseñados para empobrecer la ciudad y despreciar al
transeúnte.
El
fenómeno está contagiándose en cada esquina, podríamos apodarlo el síndrome del
Oxxo. Las imágenes ilustran en 4 tiempos cómo las banquetas desaparecen, cómo
puede resolverse el mismo comercio con un diseño más humano y cómo se puede
perfeccionar el cruce peatonal de las calles.
Sólo
se requiere ser peatón y desde esa óptica enfrentar el diseño urbano. El auto
es una máquina, el ciudadano en cambio es un ser humano. Se puede subordinar
uno al otro y conservar lo poco que nos queda de urbanidad.
Me quedo con la propuesta No. 3, porque de lo contrario pienso yo, con la ampliación de la banqueta llegaría en caso positivo, una mesita estorbosa, para sus comensales de comida chatarra; por el lado negativo sus promotores de cerveza poniendo su stand, sus bocinas y demás, dejando aun menos espacio para el peatón.
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