miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Cervantes para Elena Poniatowska


La octava cabrita                        


CAMBIO 12/Mayo 2006

Hoy, en que Elena ha sido galardonada con el Cervantes, les comparto lo que escribí sobre ella cuando era atacada por apoyar a AMLO:

 
Las entrevistas han sido la fuente inagotable de Elena Poniatowska a quien todo le importa y todo lo pregunta. Compiladas en “Todo México” de Editorial Diana en varios tomos, son un mundo de desordenada pasión. Sus preguntas son de una ingenuidad pasmosa. El entrevistado en turno oye la pregunta y se queda pasmado; luego, viendo que la sencillez es genuina, se lanza a hablar de lo que no le hubiera contado a nadie más. Ahí radica el mayor logro de Elena, en saber preguntar por las cosas simples y esenciales de la vida con una alegría de vivir y un donaire envidiables.

La entrevista con que se abre la colección es la que le hizo en 1976 a Luis Barragán, el parco arquitecto de la trascendencia mexicana. Es una entrevista magistral. Sin querer logró que este sabio y sobrio esteta nos contara la quintaesencia de su arquitectura. Habló con Elena más y mejor que con ningún crítico de la arquitectura o del arte. Año con año se la doy a leer a mis estudiantes de Arquitectura de Paisaje. Porque Luis Barragán también es el padre de la arquitectura de paisaje mexicana.

Gracias a “Tinísima” aprendí la historia de los años treinta en México. Devoré el libro-tabique entre lágrimas y risas porque Elena te hace reír y te hace llorar y le quedas agradecida, porque así es la vida. Y así es como he ido haciendo mi fortuna, a base de sus lecturas que siempre me enriquecen y me hacen sentir viva.

En “Las 7 cabritas” nos habla de siete grandes del mundo intelectual mexicano del siglo XX,: Pita Amor, Frida Kahlo, Nahui Olin, Rosario Castellanos, María Izquierdo, Elena Garro y Nellie Campobello. Hoy es ella la octava cabrita. Dijo con su acostumbrada sencillez que no mintieran y que jugaran limpio, se lo dijo a los que hacen la propaganda del Partido Acción Nacional a la presidencia porque están atacando al candidato Andrés Manuel López Obrador con mentiras e incitando a la violencia del miedo primitivo.

En esta ocasión el aludido, el PAN, contestó a bocajarro. Se la agarró contra ella, la pobreteó y usó su imagen distorsionada. Ahora los pasmados fuimos sus lectores, sus amigos anónimos, sus admiradores. ¿Qué pudo haber dicho Elenita para que le respondieran así? ¿Quién, que conozca a Elena y su trayectoria puede dirigirse a ella de esa manera? Nadie. Sólo quien no conoce su obra, quien desprecia el talento femenino y quien siente miedo actúa como lo hizo Espino, como un perro acorralado. Mostró sus colmillos y su saliva rabiosa, su enfermedad mental y tribal.

Otra vez, sin querer, sin proponérselo, Elena nos abrió una perspectiva muy interesante del México de Calderón. Nos hizo ver la jauría que gobernará el país al mejor estilo franquista: donde no cabrán la inteligencia ni el talento, donde no habrá más que machos rabiosos husmeando las conciencias de la gente buena que se hace preguntas simples, como las que ella sabe hacer. Con el Yunque de Espino -al que se ha adherido Calderón- no cabrán los escépticos, el laicismo será herejía, la fe será instaurada por el Santo Oficio en cada mente inquieta. La doble moral será instituida  en los libros de texto.

Habrá que declararse católicos y divorciarse, habrá que besarle el anillo al Papa y casarse con un divorciado. Habrá que mentir sin sonrojarse. Habrá que aprender a hacer caridad y lucrar con ello, habrá que despreciar a los pobres, a los honrados y a los trabajadores. Habrá que aprender a matarlos en caliente y dar ruedas de prensa muy acartonadas.

Habrá perros rabiosos arriando a las cabritas.

Falta tan poco para las elecciones y tanto para calmar la rabia y el miedo a perder de los panistas!  Porque los panistas en el poder se han rodeado de lujos y manjares, de soberbia y arrogancia, se han convertido en dinastías teocráticas en cada municipio que gobiernan. No quieren soltar la presa, les ha gustado el bocado de poder y están atragantados, no tienen tiempo de leer a Elenita Poniatowska. ¿Para qué, si ya abrieron la casas de juego que autorizó Creel? En el fascismo  no se necesita pensar, con sólo creerse superior es suficiente, es fácil. Se aprende a ladrar siguiendo los pasos de Espino. Felipe Calderón mueve la colita y brinca a su alrededor.

Pero las cabras no son ovejas y quienes admiramos a esta gran cabrita que es Elena Poniatowska vamos a usar la inteligencia para sobrevivir a pesar de los ladridos. Ladran porque caminamos. Y los del PAN tienen mucho dinero pero carecen de la fortuna de los que somos inmensamente ricos porque tenemos en Elena a una amiga de toda la vida, de todas las confianzas y que siente el más profundo amor a México.

No hay comentarios:

Publicar un comentario