domingo, 24 de noviembre de 2013

Glorietas vs. Puentes Vehiculares

Así deberían hacerle los cruceros como el de Alfredo del Mazo esq. López Portillo.
Al centro de la gran glorieta verde, se junta el agua y se infiltra, evitando inundaciones.
Los peatones pueden cruzar de una en una las avenidas con camellones sin correr riesgos.
Es una solución sencilla, verde, sin costosos puentes y además bonita.
Favor de realizar esta misma solución en La Maquinita, que actualmente es caótica.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Cervantes para Elena Poniatowska


La octava cabrita                        


CAMBIO 12/Mayo 2006

Hoy, en que Elena ha sido galardonada con el Cervantes, les comparto lo que escribí sobre ella cuando era atacada por apoyar a AMLO:

 
Las entrevistas han sido la fuente inagotable de Elena Poniatowska a quien todo le importa y todo lo pregunta. Compiladas en “Todo México” de Editorial Diana en varios tomos, son un mundo de desordenada pasión. Sus preguntas son de una ingenuidad pasmosa. El entrevistado en turno oye la pregunta y se queda pasmado; luego, viendo que la sencillez es genuina, se lanza a hablar de lo que no le hubiera contado a nadie más. Ahí radica el mayor logro de Elena, en saber preguntar por las cosas simples y esenciales de la vida con una alegría de vivir y un donaire envidiables.

La entrevista con que se abre la colección es la que le hizo en 1976 a Luis Barragán, el parco arquitecto de la trascendencia mexicana. Es una entrevista magistral. Sin querer logró que este sabio y sobrio esteta nos contara la quintaesencia de su arquitectura. Habló con Elena más y mejor que con ningún crítico de la arquitectura o del arte. Año con año se la doy a leer a mis estudiantes de Arquitectura de Paisaje. Porque Luis Barragán también es el padre de la arquitectura de paisaje mexicana.

Gracias a “Tinísima” aprendí la historia de los años treinta en México. Devoré el libro-tabique entre lágrimas y risas porque Elena te hace reír y te hace llorar y le quedas agradecida, porque así es la vida. Y así es como he ido haciendo mi fortuna, a base de sus lecturas que siempre me enriquecen y me hacen sentir viva.

En “Las 7 cabritas” nos habla de siete grandes del mundo intelectual mexicano del siglo XX,: Pita Amor, Frida Kahlo, Nahui Olin, Rosario Castellanos, María Izquierdo, Elena Garro y Nellie Campobello. Hoy es ella la octava cabrita. Dijo con su acostumbrada sencillez que no mintieran y que jugaran limpio, se lo dijo a los que hacen la propaganda del Partido Acción Nacional a la presidencia porque están atacando al candidato Andrés Manuel López Obrador con mentiras e incitando a la violencia del miedo primitivo.

En esta ocasión el aludido, el PAN, contestó a bocajarro. Se la agarró contra ella, la pobreteó y usó su imagen distorsionada. Ahora los pasmados fuimos sus lectores, sus amigos anónimos, sus admiradores. ¿Qué pudo haber dicho Elenita para que le respondieran así? ¿Quién, que conozca a Elena y su trayectoria puede dirigirse a ella de esa manera? Nadie. Sólo quien no conoce su obra, quien desprecia el talento femenino y quien siente miedo actúa como lo hizo Espino, como un perro acorralado. Mostró sus colmillos y su saliva rabiosa, su enfermedad mental y tribal.

Otra vez, sin querer, sin proponérselo, Elena nos abrió una perspectiva muy interesante del México de Calderón. Nos hizo ver la jauría que gobernará el país al mejor estilo franquista: donde no cabrán la inteligencia ni el talento, donde no habrá más que machos rabiosos husmeando las conciencias de la gente buena que se hace preguntas simples, como las que ella sabe hacer. Con el Yunque de Espino -al que se ha adherido Calderón- no cabrán los escépticos, el laicismo será herejía, la fe será instaurada por el Santo Oficio en cada mente inquieta. La doble moral será instituida  en los libros de texto.

Habrá que declararse católicos y divorciarse, habrá que besarle el anillo al Papa y casarse con un divorciado. Habrá que mentir sin sonrojarse. Habrá que aprender a hacer caridad y lucrar con ello, habrá que despreciar a los pobres, a los honrados y a los trabajadores. Habrá que aprender a matarlos en caliente y dar ruedas de prensa muy acartonadas.

Habrá perros rabiosos arriando a las cabritas.

Falta tan poco para las elecciones y tanto para calmar la rabia y el miedo a perder de los panistas!  Porque los panistas en el poder se han rodeado de lujos y manjares, de soberbia y arrogancia, se han convertido en dinastías teocráticas en cada municipio que gobiernan. No quieren soltar la presa, les ha gustado el bocado de poder y están atragantados, no tienen tiempo de leer a Elenita Poniatowska. ¿Para qué, si ya abrieron la casas de juego que autorizó Creel? En el fascismo  no se necesita pensar, con sólo creerse superior es suficiente, es fácil. Se aprende a ladrar siguiendo los pasos de Espino. Felipe Calderón mueve la colita y brinca a su alrededor.

Pero las cabras no son ovejas y quienes admiramos a esta gran cabrita que es Elena Poniatowska vamos a usar la inteligencia para sobrevivir a pesar de los ladridos. Ladran porque caminamos. Y los del PAN tienen mucho dinero pero carecen de la fortuna de los que somos inmensamente ricos porque tenemos en Elena a una amiga de toda la vida, de todas las confianzas y que siente el más profundo amor a México.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Estacionamientos


EL NEGOCIO DE LOS ESTACIONAMIENTOS.

publicado en Cambio del Estado de México, Octubre 2013


¿A quién se le ocurrió impedir el estacionamiento en las calles? Seguramente a  los dueños de los estacionamientos, cuyo negocio consiste en beneficiarse de los bandos municipales, en demoler una tras otra las casonas de la ciudad para convertirlas en playas de estacionamiento. Si la norma conduce al sinsentido de destruir el patrimonio construido, la norma atropella y debe ser revisada antes de que acabe totalmente con la ciudad.

¿Qué pasaría si se permitiera estacionar autos a ambos lado de las calles? Por principio de cuentas quedaría sólo el carril central para circular y consecuentemente la velocidad de los autos bajaría un poco. Nada malo hay en eso dentro de una ciudad.

En las avenidas, los autos estacionados protegen a los peatones de los bólidos autobuses. Por otro lado, con más autos estacionados, habría menos autos dando vueltas buscando dónde estacionarse: aumento inmediato de estacionamiento gratis. Los comercios del centro florecerían porque más gente llegaría hasta ellos aumentando la seguridad; porque al haber más comercios abiertos hay más actividad social.

Porque una cosa es exigir cajones de estacionamiento para obras nuevas en terrenos baldíos y otra exigir los mismos cajones para establecimientos antiguos, construidos antes de la norma… sólo imaginemos ¿qué sería del Palacio de Iturbide o de la Casa de los Azulejos si se les exigiera contar con cajones de estacionamiento? ¡Habría que demolerlos para cubrir la norma!

En Toluca perdimos el arbolado de la Plaza Ángel María Garibay Kintana, frente al Cosmovitral, porque el peso de los árboles ponía en riesgo la losa mal hecha que cubre unos cuantos autos estacionados en forma subterránea. En lugar de reforzar la estructura con marcos de acero en el sótano, se optó por talar el  jardín en aras de esos  autos estacionados.

Hay normas que hacen daño, y las que nos exigen cajones de estacionamiento son de ésas. ¿Por qué insistir que se llenen los inmuebles de autos estacionados en lugar de crear una red de transporte que nos permita ir y volver del centro sin zozobra? En la capital del Estado México los taxis carecen de taxímetro y consecuentemente son vulgares vehículos clandestinos que cobran a ojo de buen cubero; para ellos no hay norma. En Toluca los autobuses no dan boleto a cambio de los ocho pesos que se pagan como tarifa mínima; para ellos tampoco hay norma. Ahhh, pero que nadie se estacione en la ancha avenida Morelos, faltaba más, en batería cabrían cientos de autos estacionados, los comercios volverían a abrir sus puertas, ahhh ¿pero qué pasaría entonces con el negocio de los estacionamientos?

Los estacionamientos, como los carteles espectaculares, son negocios organizados que huelen mal, que destrozan las ciudades y que gozan de impunidad.


En Alemania conviven los peatones con los ciclistas y con los autos estacionados a ambos lados de la calle. La densidad es alta y el espacio público, léase, la banqueta es generosa y de calidad(foto de Gabriel Medina).