La octava cabrita
CAMBIO
12/Mayo 2006
Hoy, en que Elena ha sido galardonada con el Cervantes, les comparto lo que escribí sobre ella cuando era atacada por apoyar a AMLO:
Las entrevistas han sido la fuente inagotable de Elena Poniatowska a
quien todo le importa y todo lo pregunta. Compiladas en “Todo México” de
Editorial Diana en varios tomos, son un mundo de desordenada pasión. Sus
preguntas son de una ingenuidad pasmosa. El entrevistado en turno oye la
pregunta y se queda pasmado; luego, viendo que la sencillez es genuina, se
lanza a hablar de lo que no le hubiera contado a nadie más. Ahí radica el mayor
logro de Elena, en saber preguntar por las cosas simples y esenciales de la
vida con una alegría de vivir y un donaire envidiables.
La entrevista con que se abre la colección es la que le hizo en 1976 a
Luis Barragán, el parco arquitecto de la trascendencia mexicana. Es una
entrevista magistral. Sin querer logró que este sabio y sobrio esteta nos
contara la quintaesencia de su arquitectura. Habló con Elena más y mejor que
con ningún crítico de la arquitectura o del arte. Año con año se la doy a leer
a mis estudiantes de Arquitectura de Paisaje. Porque Luis Barragán también es
el padre de la arquitectura de paisaje mexicana.
Gracias a “Tinísima” aprendí la historia de los años treinta en México.
Devoré el libro-tabique entre lágrimas y risas porque Elena te hace reír y te
hace llorar y le quedas agradecida, porque así es la vida. Y así es como he ido
haciendo mi fortuna, a base de sus lecturas que siempre me enriquecen y me
hacen sentir viva.
En “Las 7 cabritas” nos habla de siete grandes del mundo intelectual
mexicano del siglo XX,: Pita Amor, Frida Kahlo, Nahui Olin, Rosario
Castellanos, María Izquierdo, Elena Garro y Nellie Campobello. Hoy es ella la
octava cabrita. Dijo con su acostumbrada sencillez que no mintieran y que
jugaran limpio, se lo dijo a los que hacen la propaganda del Partido Acción
Nacional a la presidencia porque están atacando al candidato Andrés Manuel
López Obrador con mentiras e incitando a la violencia del miedo primitivo.
En esta ocasión el aludido, el PAN, contestó a bocajarro. Se la agarró
contra ella, la pobreteó y usó su imagen distorsionada. Ahora los pasmados
fuimos sus lectores, sus amigos anónimos, sus admiradores. ¿Qué pudo haber
dicho Elenita para que le respondieran así? ¿Quién, que conozca a Elena y su
trayectoria puede dirigirse a ella de esa manera? Nadie. Sólo quien no conoce
su obra, quien desprecia el talento femenino y quien siente miedo actúa como lo
hizo Espino, como un perro acorralado. Mostró sus colmillos y su saliva
rabiosa, su enfermedad mental y tribal.
Otra vez, sin querer, sin proponérselo, Elena nos abrió una perspectiva
muy interesante del México de Calderón. Nos hizo ver la jauría que gobernará el
país al mejor estilo franquista: donde no cabrán la inteligencia ni el talento,
donde no habrá más que machos rabiosos husmeando las conciencias de la gente
buena que se hace preguntas simples, como las que ella sabe hacer. Con el
Yunque de Espino -al que se ha adherido Calderón- no cabrán los escépticos, el
laicismo será herejía, la fe será instaurada por el Santo Oficio en cada mente
inquieta. La doble moral será instituida
en los libros de texto.
Habrá que declararse católicos y divorciarse, habrá que besarle el
anillo al Papa y casarse con un divorciado. Habrá que mentir sin sonrojarse.
Habrá que aprender a hacer caridad y lucrar con ello, habrá que despreciar a
los pobres, a los honrados y a los trabajadores. Habrá que aprender a matarlos
en caliente y dar ruedas de prensa muy acartonadas.
Habrá perros rabiosos arriando a las cabritas.
Falta tan poco para las elecciones y tanto para calmar la rabia y el
miedo a perder de los panistas! Porque
los panistas en el poder se han rodeado de lujos y manjares, de soberbia y
arrogancia, se han convertido en dinastías teocráticas en cada municipio que
gobiernan. No quieren soltar la presa, les ha gustado el bocado de poder y
están atragantados, no tienen tiempo de leer a Elenita Poniatowska. ¿Para qué,
si ya abrieron la casas de juego que autorizó Creel? En el fascismo no se necesita pensar, con sólo creerse
superior es suficiente, es fácil. Se aprende a ladrar siguiendo los pasos de
Espino. Felipe Calderón mueve la colita y brinca a su alrededor.
Pero las cabras no son ovejas y quienes admiramos a esta gran cabrita
que es Elena Poniatowska vamos a usar la inteligencia para sobrevivir a pesar
de los ladridos. Ladran porque caminamos. Y los del PAN tienen mucho dinero
pero carecen de la fortuna de los que somos inmensamente ricos porque tenemos
en Elena a una amiga de toda la vida, de todas las confianzas y que siente el
más profundo amor a México.