CARTA ABIERTA
TREN Y ESPACIO PÚBLICO
Publicado en CAMBIO Estado de México # 136, Septiembre 2016
Al Secretario de Comunicaciones
y Transportes
A la Secretaria de la SEDATU
A los Presidentes Municipales de
Zinacantepec, Toluca, Metepec, San Mateo Atenco y Lerma
Con la llegada del tren al valle de Toluca sobrevienen
necesidades nuevas: plazas de desahogo de viajeros, estacionamientos para
bicicletas (conocidos como racks), edificios de estacionamientos para autos,
paradas de autobuses generosas y bien diseñadas, pasos peatonales con
reductores de velocidad, áreas de espera sombreadas preferentemente por árboles
que ayuden también a mitigar las inundaciones a través de sus raíces
infiltrantes.
¿En dónde se hará toda esta infraestructura
urbana que acompaña al tren? Buscamos en los planes de desarrollo urbano de los
municipios afectados y no encontramos propiedad pública de ningún terreno
estratégicamente ubicado. Es más, el Municipio de San Mateo Atenco, que colinda
con dos estaciones, carece de plazas públicas; más bien, tiene una sola y muy
lejos, del siglo XVI, en su centro.
Metepec no se queda atrás: contaba con unas
canchas de futbol a escasos 100 metros de la nueva estación del tren
Tecnológico, en San Jerónimo, pero súbitamente, en el bienio de Carolina Monroy, esas canchas fueron enajenadas por medio
de malla ciclónica. El sitio sí es apto para un estacionamiento de varios
pisos, pero los vecinos no saben a quién pertenece ahora el terreno o si fue
desincorporado de la Hacienda Pública o vendido a particulares.
El terreno de 4,800 m2 es tan público que
ostenta un espectacular donde se anuncia el gobierno del Estado, en cuyo caso, es
el Estado de México el que está en la obligación de destinarlo a los espacios
de infraestructura urbana que enumeramos al principio, ya que es un sitio
estratégico porque se sirve de tres calles: el Tecnológico, Cisnes (en
terracería) y Adolfo López Mateos.
Ahora bien, cada Municipio tiene la obligación
social de adquirir la tierra que haga falta para hacer menos improvisada esta
obra del tren. Subir y bajar de un tren
es una vivencia imborrable, es una puerta de entrada a la historia de nuestra
vida y consecuentemente debemos cuidar las formas y darle al viajero el respeto
que se merece.
La inversión pública en torno a las estaciones
puede brindarle a un municipio mucho dinero, puede ser autofinanciable debido a
que los estacionamientos son de los negocios más rentables, así como las cafeterías
y los sanitarios de paga. Pero aún más: si con el tren se favorece el flujo de
gente afluente, la inversión pública en imagen urbana y equipamiento dará
ganancias inmediatas a todos los municipios porque elevará el valor de las
tierras bien servidas.
Se debe pensar a futuro y no a posteriori. Aún
hay baldíos que la hacienda pública puede y debe adquirir para brindar un
servicio integral, para evitar el changarrismo, los atropellados, los tumultos
y los asaltos. Hacer ciudad es tarea pública. El tren por sí solo no hará
ciudad.
Por la atención que le brinden a este escrito quedo agradecida
Dra. Susana Bianconi