PAISAJE Y CONTAMINACIÓN
Susana Bianconi
Publicado en el #39 de LA HOJA de la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México
José María
Velasco. La Villa y la Calzada de los Misterios. MUNAL
El aire
limpio entra a la Ciudad de México desde el Golfo por el noreste, por el lago
de Texcoco. Justo ahí se están despalmando cientos de hectáreas para construir
el nuevo aeropuerto capitalino. Cada vez que se inicia una obra de construcción
se retira la capa vegetal del terreno, sobreviene una etapa polvosa. En este
caso la tierra y el salitre son soplados hacia el sur por Ehécatl.
Partículas suspendidas 10 mayo 2016, nótese la columna naranja en la zona del aeropuerto
Cuando en
septiembre de 2014 se dio la noticia de la construcción del nuevo aeropuerto en
el vaso de Texcoco, el director de la Comisión Nacional del Agua entonces, el
ingeniero David Korenfeld, explicó a los medios que se entubarían los 9 ríos
que tributan al sitio y que se construirían 38 kilómetros de drenaje profundo
para que la obra no se inunde. Esta es la operación que se está ejecutando en
los terrenos pantanosos del lago de Texcoco. Es una respuesta ingenieril
compleja ante un problema que hoy no existe pero que será provocado por la
inminente pavimentación del sitio. Es, como lo dijo Alberto Kalach en MEXTROPOLIS,
la cota más baja del valle.
Canales en la zona del nuevo aeropuerto, imagen del mapa digital del
INEGI. A la izquierda Ecatepec.
La franja verde indica la carretera Peñón-Texcoco.
Los
paisajistas, al conocer la noticia, intercambiamos opiniones. Algunos guardaron
silencio, otros escribieron exaltados en contra del proyecto; la mayoría
comentaron con tristeza sobre un hecho que consideraban irreversible. El gremio
no hizo declaraciones públicas ya que no había unanimidad. Sospecho que alguno
de nosotros será contratado para acomodar el pastel de cactáceas en el acceso
del aeropuerto.
Además de la
polvosa y desertificante obra del aeropuerto, todo el perímetro norte de la
Ciudad está rodeado por un sinnúmero de colonias del Estado de México carentes
de parques. Sin camellones y con calles sin arbolado son colonias auto construidas
que han trepado por cerros y bajado por cañadas, que han pavimentado el paisaje
sin restituirle ni una sola flor. Asentamientos sin transporte masivo
eficiente, pobres de espíritu urbano, tristes e inseguros. Lo mismo puede
decirse de las colonias de altos ingresos de Huisquilucan al poniente, donde no
hay arbolado urbano, ni transporte colectivo ni plazas públicas ni parques.
Consecuentemente el sol se pone rojo en señal de alarma. El Estado de México
está haciendo mal las cosas y perjudicando a la capital del país.
Mientras
duren las obras del nuevo aeropuerto se padecerán sus consecuencias. Luego
sobrevendrán los vuelos y el paisaje lacustre tendrá pájaros de acero.
Ecatepec y
Texcoco. Google Earth 2015