LA VEGETACIÓN COMO
PARTE DE LA
SUSTENTABILIDAD URBANA:
BENEFICIOS, PROBLEMÁTICAS Y
SOLUCIONES,
PARA EL VALLE DE
TOLUCA.
Andrés
Salvador Galindo Bianconi
Ricardo
Victoria Uribe
Publicado en QUIVERA Vol 1, 2012
RESUMEN:
El presente artículo se
enfoca en como la vegetación forma parte de la sustentabilidad en las ciudades,
a través de los múltiples beneficios ambientales y sociales que aporta al sistema urbano. Como
mejora notablemente la calidad de vida, mitiga los efectos de “isla de calor” y
ayuda a disminuir inundaciones. Describe el estado y problemática de la
vegetación urbana en el Valle de Toluca, y concluye con propuestas concretas
para su correcto uso e incorporación.
ABSTRACT:
The present paper focus in exploring how vegetation is
a vital part of a city’s sustainability, through explaining the multiple
environmental and social benefits that it provides to the urban system. The use
of vegetation in cities improves considerably life’s quality, reduces the ‘heat
island’ effect and helps to decrease the posibilities of floods. This paper
also describes the current status of the urban vegetation in the Valley of
Toluca. Finally, the paper proposes solutions for vegetation’s correct use and
incorporation.
PALABRAS
CLAVE:
Sustentabilidad, Arbolado
Urbano, Islas de Calor, Valle de Toluca,
Aéreas verdes, Ciudad, Ecourbanismo, Sustainability, Vegetation, Valley of
Toluca.
Introducción:
Parece incompatible el término
“sustentabilidad” con las ciudades, ya que como dice Miguel Ruano en su libro Ecourbanismo:
…“Las
áreas urbanas se están evidenciando como el principal responsable de los
problemas medioambientales que amenazan la Tierra. Hoy día, las ciudades
contribuyen a la contaminación global una proporción superior al 75%, y
utilizan más del 70% de la Energía consumida por la humanidad… (Ruano
2008: 7)
Pareciera que las
ciudades son concentradoras de daño ecológico.
En los países desarrollados y en América Latina casi se ha llegado al 70% de la población viviendo en
áreas urbanas… Al incrementar el ingreso, las ciudades también han incrementado
el consumo [energético y de bienes materiales] y la contaminación. (Kunzig 2011:
133)
Pero no podemos
quedarnos con esa visión catastrofista de las ciudades, ni pensar en dispersar
a la población, el urbanismo es un fenómeno humano el cual no tiene marcha
atrás. Ruano también menciona que: “Hoy
día, las ciudades empiezan a ser consideradas como complejos ecosistemas
artificiales, construidos en primera instancia para satisfacer necesidades
humanas,
pero también con capacidad de proporcionar un biotopo
a otras especies, y cuyo impacto sobre el entorno natural debe ser
rigurosamente gestionado…
…Dado
que las ciudades son las principales causantes de la destrucción ecológica
global, parece obvio que los problemas medioambientales deban abordarse y
resolverse en primer lugar y principalmente en las ciudades.” (Ruano
1998: 9,7).
Además las densas
ciudades tienen la ventaja de que… “permiten a la mitad de la humanidad vivir
en alrededor del 4% de la tierra arable. Dejando más espacio al campo abierto…
…Per
cápita, la población de las ciudades tiene también una huella más ligera en
otros aspectos, como David Owen lo
explica en “Green Metropolis”. Sus calles, drenajes y líneas de electricidad
son más cortas y por tanto usan menos recursos. Sus apartamentos requieren
menos energía para calentarse, enfriarse e iluminarse que las casas. Aun más
importante, la gente de las ciudades densas maneja menos. Sus destinos están lo
suficientemente cercanos para caminarlos, y suficiente gente va a los mismos
lugares para hacer el transito publico practico. En ciudades como Nueva York,
la energía usada per cápita y las emisiones de carbón son mucho más bajas que
en el resto de la nación... (Kunzig 2011: 133,140)
Por tanto, si las ciudades
son la forma en la que el ser humano vive haciendo el menor daño posible al
ambiente, es necesario re-densificarlas
sin que sus habitantes pierdan la calidad de vida.
La
sustentabilidad vista desde la ciudad
Entendamos por
“Desarrollo Sustentable” o sustentabilidad el que mantiene la calidad general
de vida, asegura un acceso continuo a los recursos naturales y evita la
persistencia de daños ambientales. (HMSO 1990). De esta manera “El concepto de Desarrollo
Sustentable se traduce en que cada generación debe vivir de los intereses derivados de la herencia recibida, y no del propio
capital principal. (Ruano,1998: 10). De esta definición podemos inferir que si el número de herederos es mayor que los intereses de la herencia, esta será insuficiente. Ahora bien, la sustentabilidad se mueve dentro
de tres esferas de acción, que son a su vez las áreas de desenvolvimiento de la
actividad humana: la social, la ambiental y la económica. Si partimos de este
hecho, podemos ver que la ciudad es un lienzo donde dichas esferas se
manifiestan de manera palpable. De igual manera, todo elemento que se incorpore
al sistema urbano debe desenvolverse en estas tres esferas de manera positiva.
La incorporación de
vegetación al sistema urbano genera beneficios en estas tres esferas de acción,
de una manera que podría considerarse holística.
En la parte social, al mejorar la calidad de vida de los habitantes de las
urbes, creando ambientes más confortables para la convivencia, el desarrollo de
actividades deportivas y la generación de identidad y comunidad. En la parte Ambiental,
se describen los múltiples beneficios de la vegetación al mitigar los efectos
urbanos que interfieren con el medio natural, tales como mejorar la
temperatura, disminuir el ruido, mejorar la imagen urbana y como auxiliar para
evitar inundaciones. En el aspecto económico: al mejorar la calidad ambiental
de las ciudades se genera un beneficio social en sus habitantes elevando su
calidad de vida, y al elevar la calidad de vida, se revalúa el suelo, al
adquirir plusvalía estas zonas de la ciudad.
Beneficios
ambientales de la vegetación en áreas Urbanas:
Son múltiples los
problemas que la urbanización acarrea, un ejemplo de esto son las llamadas
“Islas de Calor”. La pavimentación
además de evitar la infiltración al
subsuelo del agua de lluvia, aumenta la temperatura al atrapar los rayos de
sol, esto sumado al calor que desprenden actividades humanas: Automotores,
Estufas, Aparatos eléctricos, climatizadores artificiales, etc. nos da como
resultado el aumento de la temperatura en las ciudades.
Si bien esto hace a las ciudades más secas en
cuanto a humedad ambiental, también aumenta la concentración de partículas
contaminantes que facilitan la condensación y sublimación más rápidamente, lo
que origina aguaceros y granizadas más frecuentemente (Morales 2008). Por tanto, con una menor infiltración de agua
por la pavimentación y lluvias
torrenciales más frecuentes se hacen constantes las inundaciones.
Las plantas ayudan a
reducir los efectos climáticos negativos de la urbanización, por ejemplo, al
absorber parte del calor generado en ambientes urbanos y absorbiendo la lluvia
que corre en superficies duras. Ellas de esta manera contribuyen a mejorar los
climas urbanos tanto a una escala microclimatica como a una escala mayor,
ayudando a aminorar los efectos de la isla de calor urbana, combaten las
inundaciones urbanas, y reducen los costos asociados con el enfriamiento de
edificios en climas cálidos. (Dunnett y Kingsbury, 2008: 10-11). Una barrera de
arboles o arbustos densos, que ataje los vientos dominantes en un clima frio
y/o seco, ayudara a que la temperatura y
humedad no desciendan mas por este factor. Por el contrario en un clima
cálido y/o húmedo, la correcta alineación
de la vegetación con los vientos puede conducirlos obteniendo una
reducción en la temperatura y humedad del sitio
Otro problema ligado a
la urbanización es la contaminación del aire ocasionado por los automotores y
la industria. La presencia de árboles en
el medio urbano puede ayudar a reducir este tipo de contaminación de 3 maneras:
por el aporte de oxígeno resultado de la fotosíntesis –oxigenación-, porque
diluyen el aire contaminado –dilución-, y por su capacidad de absorción y
retención de contaminantes (Chacalo y Corona. 2009:053). Todas las plantas
verdes ayudan a aminorar los efectos de la
contaminación: absorben el ruido, atrapan el polvo, reciclan el dióxido de
carbono, y absorben y rompen muchos contaminantes gaseosos (Dunnett y
Kingsbury, 2008: 10-11).
Existen también maneras
más directas en las que la vegetación incide en el confort del habitante
urbano, al proporcionar sombra en días
cálidos y techo en días lluviosos. Los
árboles caducifolios proporcionan sombra en primavera y verano y dejan pasar el
sol cuando pierden sus hojas en los fríos días de invierno.
La Organización Mundial
de la Salud, OMS, fija como optimo 15M2 de espacios verdes por habitante, y
como mínimo 9m2. Pero los beneficios de la vegetación en el medio urbano no
solo se obtienen en metros cuadrados horizontales de aéreas sin construir, existe
también la posibilidad de hacer “Azoteas y Muros Verdes”.
Las “Azoteas verdes”
consisten en desarrollar una capa vegetal en los techos de las edificaciones;
estas pueden ser de dos tipos: Intensivas o Extensivas, las primeras están pensadas
para ser usadas por el hombre, y las
segundas solo son contemplativas, ambas tienen las mismas ventajas que otorga
la vegetación: absorben el ruido, atrapan el polvo, asilan térmicamente, y
absorben el agua de lluvia evitando inundaciones.
Las “Azoteas Verdes” también
proporcionan hábitats a insectos y aves, haciendo a las ciudades menos
estériles para la vida silvestre. Una forma de lograr un hábitat propicio para
la vida silvestre en las “Azoteas Verdes” es dejando el sustrato sin vegetación
introducida y esperar a que las plantas nativas lo pueblen, cuando el viento
deposite sus semillas y esporas, posteriormente los pájaros excretaran semillas
de las plantas comestibles, y de esta
forma obtendremos un techo que recree el hábitat original del sitio.
Los “Muros verdes”
consisten en incorporar vegetación a las paredes de edificios, puentes y pasos
a desnivel. Ya sea que la vegetación esté plantada en el muro, o que solo trepe
por él. Además de las mismas ventajas de las azoteas, también son un buen
inhibidor del grafiti. Térmicamente una
pared cubierta por vegetación no se enfría con el viento, ni se calienta con el
sol; forma una especie de “segunda piel” del edificio.
Beneficios
sociales de la vegetación en áreas Urbanas:
Es posible afirmar que
desarrollar ciudades más sustentables no es sólo sobre mejorar los elementos
bióticos y abióticos de la vida urbana, sino también de mejorar los aspectos
sociales de la vida citadina. Esto es, mejorar la satisfacción de la gente con respecto
a las experiencias, percepciones y satisfacciones de la calidad de vida día con
día. Parte de esta mejora obviamente la cumplen los espacios públicos
culturales, tales como museos y los eventos sociales, como conciertos y ferias,
pero de igual manera, la áreas verdes pueden cumplir con esta función de manera
bastante efectiva.
En términos sociales,
las áreas verdes desempeñan un papel importante como apoyo en los sistemas
sociales urbanos (Barbosa, O, et. al; 2007). Parques, arboledas, incluso pequeños
jardines y corredores verdes son considerados generadores de beneficios
sociales para las comunidades urbanas asentadas a su alrededor. En otros países
como es el caso de Reino Unido, el jardín comunal, a cargo de los vecinos del
mismo se vuelve un punto de reunión familiar o integración comunitario. Lo que
es aun más notorio, estos mismo espacios verdes ayudan a generar un sentido de
identidad tanto con la zona (manzana, conjunto habitacional o colonia) como con
la misma ciudad (por ejemplo el caso mundialmente conocido del Central Park de
Nueva York). En la actualidad, existen estudios bien documentados en diversas
ciudades como Chicago, Liverpool y Sheffield que demuestra que la presencia de
áreas verdes en las ciudades genera un ambiente social más positivo con
beneficios a largo plazo para las comunidades que les pueden aprovechar.
De acuerdo a Kuo y
Sullivan (2001) y su estudio sobre las áreas verdes y su impacto en la ciudad
de Chicago, estas ayudan a reducir los índices de violencia doméstica. A los
adultos, les proveen de lugares
adecuados para convivencia y ejercicio. También
se ha notado un aumento en las funciones cognitivas en niños de pocos recursos
(Wells, 2000). En gran medida esto es porque dada la proximidad de áreas verdes
es posible que los niños se encuentren realizando actividades lúdicas y/o
creativas (Kuo & Sullivan, 2001). De igual manera un creciente número de
estudios y análisis ha permitido considerar que el diseño de espacios verdes,
de un uso adecuado en la vegetación urbana sea considerado una cuestión de
salud pública. Finalmente en términos de seguridad, se ha reportado que las
personas con acceso a áreas verdes reportan menores niveles de miedo,
incivilidad y comportamiento agresivo (Kuo & Sullivan, 2001), haciéndolas
básicamente ‘felices’ y menos estresados, permitiendo mayor inspiración y
relajamiento (Chiesura, 2003).
Por tanto, tener áreas
verdes, zonas de vegetación en la ciudades deja de ser solamente un mero
requerimiento estético y trasciende su componente ambiental gracias a su valor
social y su influencia positiva hacia el interior de la comunidad y de la urbe
misma y sus habitantes.
Problemática
de la vegetación en espacios urbanos y en nuevos desarrollos en el Valle de
Toluca.
Desde finales del Siglo
XIX, existieron en Toluca políticas de arbolado urbano. En 1892 se plantaron
los cedros blancos (Cupressus lusitanica) a lo largo de Paseo Colón, la misma
especie fue plantada a principios del siglo XX en el panteón general. Durante
el gobierno de Wenceslao Labra (1937-41) se plantaron las palmeras datileras
(Phoenix canariensis). En el camellón de Hidalgo y en Isidro Fabela. Durante el
Sexenio de Salvador Sánchez Colín (1951-57) se plantaron Chopos (Populus
canadensis) a lo largo de las vías de salida de Toluca. En el sexenio de 1963 a
1969 se plantaron Colorines (Erythrina americana).
Durante el gobierno de
Carlos Hank Gonzales (1969-1975) se
construyó Paseo Tollocan y se plantaron Chopos
y Sauces llorones (Salix babilonica), también se plantaron Fresnos (Fraxinus
spp.) en diversos puntos de la ciudad. (Rojas.1999)
En Administraciones más recientes hubo algunas
plantaciones, como las de Palmeras Datileras en Vicente Guerrero e Isidro
Fabela durante la administración municipal 2003-06, y plantaciones de Jacarandas (Jacaranda mimosifolia) en Carranza en la administración 2006-09, así como algunos árboles de
Liquidámbar (Liquidámbar styracifula) cuando se ampliaron las banquetas de
Hidalgo, Morelos y Juárez.
Actualmente el arbolado
urbano va cediendo terreno al maltrato de la gente, a las podas de la Comisión
Federal de Electricidad o las realizadas
por dueños de anuncios comerciales.
Muchos camellones con plantaciones han desaparecido por la construcción
de puentes vehiculares o pasos a desnivel.
Los recientes conjuntos
urbanos autorizados bajo el Reglamento del Libro Quinto del Código
Administrativo del Estado de México, tienen como áreas de donación, destinadas
a equipamiento urbano, (que no necesariamente se destinan a áreas verdes) entre
12 y 15 metros cuadrados por vivienda prevista a favor de los municipios, y
entre 6 y 5 metros cuadrados a favor del Estado (Art 42.). Estos serían 18
metros cuadrados en el caso de interés social y 20 en el caso de interés medio.
Si suponemos un número promedio de cuatro habitantes por vivienda, estas
donaciones serian equivalentes a 4.5 y 5
metros cuadrados por habitante respectivamente; cifras muy por debajo de los 10
metros cuadrados que la OMS fija como mínimo y de los 15 metros cuadrados que
fija como óptimos.
Un problema común en
los parques y jardines de las ciudades
de este valle, es la falta de un diseño paisajístico integral, muchos parques y
jardines presentan un arbolado anárquico, sobre todo una sobresaturación de
estratos arbóreos, además de muy poca variedad de especies, y un desbalance
entre árboles perenes y caducifolios, encontrando a los primeros como los más
numerosos, siendo que para un clima Templado estos sólo se deben usar para
atajar los vientos dominantes que bajan la temperatura y humedad. La saturación
de árboles perenes ocasiona un descenso de temperatura quitando confort al
espacio que cubre con su sombra; esta sombra además, no siempre permite el
desarrollo de cúbreselos, por lo que el suelo queda sin cobertura vegetal,
dando mal aspecto y quedando a merced del viento.
Los problemas comunes
que enfrenta el arbolado urbano en México, se pueden resumir a dos aspectos: la
falta de espacio y las malas prácticas de jardinería.
El ancho de las aceras
en México es inferior al de otros países, donde el árbol tiene espacio para
desarrollarse y no se convierte en un estorbo si la banqueta es muy estrecha. A
esto hay que agregar que los servicios de energía eléctrica, teléfono y tv, son
aéreos, lo cual hace que sus copas sean mutiladas para que no interfieran con
los cables. En ocasiones los huecos en las losas de cemento de las aceras
destinadas a cada árbol, son muy estrechas y son superadas por el crecimiento
del mismo, causando su estrangulamiento.
El abuso de pavimentos poco
permeables y rígidos, como el concreto y el asfalto, no permite un adecuado
desarrollo radicular del árbol, al mismo tiempo que impide la filtración de
agua.
Las raíces que crecen
bajo la banqueta, muchas veces lo hacen en la misma base de tierra inerte y
compactada sobre la que se hizo la calle. Esta tierra por su compactación, no
tiene el 25% de aire óptimo para que respiren las raíces, ni para que se
propaguen fácilmente, tampoco permite la fácil infiltración de agua necesaria
para el árbol. Otras veces la tierra bajo la banqueta es producto de
demoliciones, por lo que contiene muchos cementantes que la compactan y elevan
el pH de la misma, además de elementos muy superiores a los 2mm a partir de los
cuales ya no pueden ser aprovechados por el árbol.
En cuanto a las malas
prácticas de jardinería, mencionaremos en primer lugar al “desmoche”, que
consiste en retirar más del 30% del follaje del árbol, la cual se hace
generalmente para liberar los cables de servicios, o en el caso del Estado de
México para no interferir con la vista de algún anuncio. Esta mala práctica
tiene ocho repercusiones negativas para el árbol, las cuales identifica en su
boletín “Tree City USA” programa del Departamento de Agricultura de Estados
Unidos que apoya el arbolado urbano:
1.
Inanición: el descabezado quita tanto de
la copa frondosa que reduce peligrosamente la capacidad del árbol de generar su
alimento.
2.
Shock: al quitar la cubierta protectora
de la copa del árbol, el tejido de la corteza queda expuesto a los rayos
directos del sol. La quemadura resultante puede ocasionar la muerte del árbol.
3.
Insectos y enfermedades: los extremos
expuestos de las ramas descabezadas son altamente vulnerables a la invasión por
insectos o a la descomposición por esporas de hongos.
4.
Ramas débiles: las ramas nuevas que
crecen de una rama desmochada (muñón) están débilmente unidas y son más
vulnerables a romperse por el peso del hielo o la nieve.
5.
Rápido crecimiento nuevo: en vez de
controlar la altura y diseminación del árbol, el desmoche tiene el efecto
opuesto. Las ramas nuevas son más numerosas y frecuentemente crecen más altas
que antes.
6.
Muerte del árbol: algunas especies de
árboles no pueden tolerar la pérdida de ramas principales, pero aun así
sobreviven. En el mejor de los casos, los árboles quedan muy débiles y
propensos a enfermedades.
7.
Fealdad: un árbol desmochado es un árbol
desfigurado. Aún con el nuevo crecimiento, nunca logrará recobrar su gracia y
el carácter de su especie.
8.
Costo: el costo verdadero del desmochar
con frecuencia está oculto: valores de la propiedad inferiores, gastos de
remoción y remplazo si el árbol muere.
A éstas se debe
agregar, el desbalance, ocasionado cuando solo se podan ramas de un solo lado, éste
se desequilibra, pudiendo perder la verticalidad y en casos graves, hasta la
caída del árbol.
Otra mala práctica es
el encalar los troncos de los arboles, con la creencia que esto los protege
contra las plagas, esto es falso, por ejemplo, algunos lepidópteros que en su
etapa larvaria son orugas defoleadoras, nacen por huevecillos que deposita la mariposa
cuando llega volando a la copa sin tener que pasar por el tronco. El pH de la
cal, Ca(OH)2 ó Hidróxido de Calcio, es de 12, la mayoría de las especies
arbóreas necesitan un suelo cuyo pH oscila entre 5.5 y 8, al desprenderse y sedimentarse la cal del
tronco, eleva el pH de la tierra.
El color blanco de la
cal, refleja los rayos del sol, esto hace que la temperatura del tronco sea
menor y que el árbol prolongue su período de dormancia, que es cuando una
planta detiene su crecimiento hasta que las condiciones medio ambientales le
sean favorables nuevamente; por lo tanto no aprovecha al máximo el período de
latencia y su crecimiento es menor.
El “aporcar” la tierra
alrededor del tronco. Los jardineros en México generalmente provienen del
campo, donde en las milpas se levanta la tierra al maíz para que crezca mejor.
Esta práctica la transfieren a los árboles que en algunos casos desarrollan
retoños y en otros la humedad penetra la corteza, pudre el tronco y propicia
entrada de hongos.
La “topiarea” mal planeada,
que consiste en dar formas a las plantas mediante tijeras. Los jardineros, de
una manera anárquica, se dedican a recortar plantas y árboles de manera innecesaria,
haciendo todo tipo de figuras geométricas o zoomorfas, sin tener idea del
propósito original por el cual fue plantado el individuo que están recortando,
y en algunos casos recortan especies en época de floración. Esta mala práctica
hace que las plantas pierdan su belleza y propósito original, algunas quedan
deformadas sin la posibilidad de que retomen su crecimiento natural. Además
genera la necesidad de estar recortándolas constantemente, lo cual aumenta
considerablemente el tiempo, y por tanto, el gasto de mantenimiento.
Todas estas malas
prácticas las podemos ver en la ciudades del Valle de Toluca, donde el cuidado
de las áreas verdes y arbolado urbano depende de la Dirección de Servicios
Municipales y Ecología, la cual no tiene un plan de manejo municipal del
arbolado urbano a largo plazo. Las direcciones de este organismo cambian en el
mejor de los casos cada tres años.
Propuestas
para la incorporación de vegetación al medio urbano aplicables al Valle de
Toluca.
Como primer punto para tener un adecuado manejo del arbolado y
las áreas verdes urbanas, se debe levantar un censo con los árboles existentes
y las condiciones en que se encuentran. Además de hacer un diagnóstico de las
aéreas verdes urbanas.
También se requiere de
un diagnóstico de las diferentes zonas urbanas de cada municipio, el cual se
deberá hacer dividiendo el número de
habitantes entre el número de metros cuadrados de áreas verdes por colonias o
zonas, se podrían usar las secciones electorales que maneja tanto el IFE como
el INEGI. Esto con la finalidad de identificar en que zonas se tiene un promedio
menor a los 10 metros cuadrados de área verde por habitante y donde se alcanza
lo óptimo que son 15 metros por habitante.
Una vez teniendo estos diagnósticos
se deberán emprender acciones de arbolado urbano, teniendo para esto que hacer
un levantamiento de banquetas y camellones, tomando en cuenta el ancho de estas
y la ubicación de cables, postes y redes de agua potable. Con estos aspectos
cubiertos, seleccionaremos el árbol adecuado para cada lugar. En el caso de
calles anchas con banquetas estrechas que así lo permitan se podrá ensanchar la
banqueta para darle al árbol mayor espacio y al peatón.
Se deberán de manejar
distintos tipos de pavimentos en banquetas distintos al concreto, utilizando
adoquines u algún otro tipo de pavimento flexible y permeable alrededor del
árbol. De no ser posible esto, al menos se deberán cortar las losas de concreto
para irle dando espacio al árbol de ir creciendo.
Hay que mencionar que en
el medio urbano, no es indispensable privilegiar a las especies nativas de la
región, ya que al ser un medio artificial, las especies exóticas no corren el
riesgo de desplazar a la flora nativa, ni de reproducirse, y únicamente es con
las aves e insectos su único contacto con la fauna local.
En banquetas con poco
espacio y cables se pueden plantar árboles de baja altura como:
Acasia longifolia (acasia),
Cassia coquimbensis o Senna
multiglandulosa (retama), Dombeya wallichi (rosa mexicana),
Eriobotrya japonica (nispero), Lagerstroemia
indica(astronómica), Prunus pérsica (durazno),
Crataegus mexicana (tejocote), en
este último cuidando las ramas bajas por sus espinas.
En banquetas de al
menos 4 metros sin cables o en camellones se pueden plantar árboles de buena
altura sin raíces agresivas como: Acer negundo (atzicintle), Alnus acuminata (aile), Chiranthodendron pentadactylon(árbol de
las manitas), Liquidambar styracifula (liquidámbar),
Magnolia grandiflora (magnolia), Morus celtidifolia y Morus nigra (moras), Platanus x hibrida (sicomoro), Prunus serótina (capulín), Quercus spp(encinos), entre otros.
En lugares húmedos: Taxodium mucronatum (ahuehuete) y Salix bompladiana (ahuejote).
En todos los arboles
urbanos se tiene que cuidar que su crecimiento sea vertical con el uso de
tutores, y que mantengan un solo tronco hasta 1.80 metros de altura, esto
último podando ramas bajas conforme el árbol valla creciendo y hacerlo de
preferencia en el periodo de letargo.
Al plantar el árbol, se
deberá procurar que la cepa sea de un metro cubico, de esta manera al
rellenarla, este volumen de tierra quedara aireado y con una menor
compactación. Es importante que al hacer la sepa se revise la calidad de la
tierra que se extrae, y dependiendo de esto, si es pobre y muy compacta se
deberá mejorar con un 10% de materia orgánica, en caso de que esa tierra sea
producto de la compactación de la base de la calle o contenga cascajo se deberá
sustituir por tierra que tenga la textura de 30% Arena, 30% Limo, 30% arcilla y
10% de materia orgánica.
En cuanto a los Parques
es importante plantar especies perenes
de follaje denso del lado que provienen los vientos dominantes, que para la
mayor parte del valle, es en dirección Surponiente a Nororiente, y de
Suroriente a Norponiente, tales como la Grevillea
robusta, Ligustrum lucidum (trueno), Pinnus
spp (Pinos en gral.), Schinus molle (pirúl);
y especies caducifolias que den
estacionalidad con su floración y/o follaje, que permitan el paso del sol en
invierno cando se deshagan de sus hojas, brinden sombra en primavera y refugio
de la lluvia en verano. Tales como: Populus
alba (alamo plateado), Popolus
deltoides (chopo), Robinia
pseudoacacia (falsa acasia blanca), Salix
babylonica (sauce llóron), entre muchos otros antes mencionados.
En la nueva infraestructura
urbana, como puentes de tierra armada o pasos a desnivel, los muros pueden
sustentar diversas enredaderas como la Hedera
hélix (hiedra), Ficus pumila (monedita),
Parthenocissus tricuspidata (ciso
rojo) Ipomea campanulata (manto de virgen), jasminum spp. (jazmines), etc.
Conclusiones
Existen muchos métodos
para incorporar vegetación a la ciudad, de manera armoniosa, económica y
sustentable. Las “Azoteas verdes” en el caso de
particulares, se pueden incentivar mediante un descuento en el impuesto
predial, como se hace actualmente en el Distrito Federal, o no contando lo
techado como metros cuadrados construidos, si no, como metros de área libre.
Deberían de ser los edificios públicos los pioneros en esta técnica, para así
empezar a lograr una mayor aceptación de la gente.
Paralelo al censo y
reforestación urbana se tiene que implementar con los viveros municipales, un
programa de reposición de ejemplares dañados o muertos, y manejarlo a largo
plazo para que se sustituyan los árboles que por su falta de vigor o tamaño no sean seguros o adecuados
para la ciudad.
Se requiere de un plan
de manejo de áreas verdes y arbolado urbano a corto, mediano y largo plazo, con
revisiones periódicas. Y de preferencia que los funcionarios encargados de
llevarlo a cabo no cambien en cada
administración. Se tendrá que capacitar a los jardineros municipales y
estatales a cargo de las aéreas verdes, en cursos de trepa y poda como los que
imparte la Asociación Mexicana de Arboricultura A.C. y de jardinería que
imparte la Federación Mexicana de Jardinería y arreglo floral A.C.
Por último, el diseño,
desarrollo y mantenimiento de las áreas verdes urbanas debe ser considerada ya
un área prioritaria dentro de cualquier plan de desarrollo municipal y/o urbano
que aspire a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad y busque
generar un ambiente más armonioso y equilibrado en esta, dado su importante
impacto social.
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Andrés Salvador Galindo Bianconi:
Estudiante de la Maestría en Diseño de
la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Autónoma del Estado de
México, Arquitecto y Catedrático de Asignatura en la Licenciatura en
Arquitectura de la misma universidad.
arqandresgalindo@gmail.com
Ricardo Victoria Uribe:
Doctor en Diseño Sustentable por la Universidad de Loughborough, Reino Unido. Catedrático de
tiempo completo en licenciatura y posgrado de la Facultad de Arquitectura y Diseño
de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Biotopo (de bios,
"vida" y topos, "lugar"), en biología y ecología, es un área de condiciones ambientales uniformes que provee
espacio vital a un conjunto de flora y fauna. El biotopo es casi sinónimo del término hábitat con la diferencia de que hábitat se refiere a las especies o
poblaciones mientras que biotopo se refiere a las comunidades biológicas (Global Encyclopedia of
Enviromental Science 2009:177)