LAS CIUDADES RESUCITADAS
publicado en CAMBIO del Estado de México # 90, noviembre 2012, pag. 32
Las ciudades que no se adaptan a los cambios se mueren
lentamente de una manera poco elegante: se deterioran y abaratan; se dejan caer
en pedazos y su población anémica se resigna a vivir de recuerdos y a tolerar
el cierre de sus fuentes de trabajo entre vidrios rotos u opacos de las casas
vacías.
Adaptarse es revivir y convertir lo antiguo en lo
contemporáneo, sin faltarle el respeto a la tradición, es una sana manera de
darle oxígeno a una urbe. En esta época de usar y tirar hemos desarrollado
slogans para revertir el mal uso de productos innecesarios que consumimos sin
cuestionar. Se han puesto de moda las erres: reducir, reusar y reciclar. Aunque
a primera vista no parezcan tener nada que ver con la ciudad, estas 3 erres
sirven para repensar la ciudad, amén de varias otras más: restaurar, redensificar,
revaluar, reforestar, rediseñar, restringir
y reordenar.
Siempre con la ciudad en la mira, desde un ángulo
urbanístico, las analizaremos por orden alfabético:
1. Reciclar: es
la utilización de viejos inmuebles para nuevos usos o destinos. Ejemplo de ello
es en Toluca el Museo MUMCI, antes cervecería Corona o El Colegio Mexiquense,
antes Hacienda Sta. Cruz de los Patos.
2. Redensificar:
es el aprovechamiento de los baldíos para usos diversos y la autorización de construir
varios niveles donde la red de infraestructura lo permite. A mayor densidad,
mayor intercambio humano y menor circulación vehicular.
3. Rediseñar: es
convertir un lugar feo en uno bonito. Por ejemplo las abandonadas vías de los
ferrocarriles pueden convertirse en parques lineales para recorrer en bici o a
pie bajo la sombra de buenos árboles. Apropiarse colectivamente de esos sitios
impedirá su ocupación clandestina por unos cuantos.
4. Reducir: es
hacer más chica la mancha urbana. Si redensificamos no será necesario invadir
cultivos para hacer casas habitación. Los departamentos de la ciudad serán más
atractivos para los jóvenes que no quieran comprar auto y para los viejitos que
ya no quieran manejar.
5. Reforestar: es
plantar árboles en las aceras para que toda la ciudad sea un pulmón verde. Esto
se logra reduciendo el ancho de los carriles vehiculares y ensanchando las
banquetas. Monterrey nos está dando un magnífico ejemplo a través de la
sociedad civil Reforestación Extrema;
en unos años Monterrey verá mejorado su extremoso clima y aumentará la humedad
ambiente.
6. Reordenar: es
mandar los autobuses por debajo de la tierra, hacer metros, subterráneos,
undergrounds o subways. Es circular respetando al ciudadano por encima de todo
y hacer con orden lo que actualmente es caótico.
7. Restaurar: es
cuidar la arquitectura local y devolverle el lustre, el valor perdido, y
ponerla a circular en el mercado de nuevos usos de la economía contemporánea.
Restaurar es más económico que demoler y volver a construir y deja un mejor
sabor de boca.
8. Restringir: es
prohibir los anuncios espectaculares en las ciudades y es prohibir el ruido de
los anunciantes (exceptuaremos al afilador). Se restringe así el anuncio
comercial a la sección amarilla, donde no hace daño a la ciudad.
9. Reusar: es
vivir en la casa usada por los abuelos, es caminar el mismo paseo de infancia
entre la casa y la escuela, ahora de la mano del hijo. Es plantar el hueso de
ciruela para tener un ciruelo.
10. Revaluar: es
tener más sin gastar más. Esto ocurre cuando los inmuebles aumentan de valor gracias
a las erres anteriores. La bonanza es simple consecuencia.
Tenemos en el Estado de México 125 nuevas administraciones
que pueden dar los primeros auxilios a sus ciudades trabajando en conjunto y
poniendo en práctica estas simples erres. Pensemos por ejemplo en el nudo del
Puente, la zona de trasbordos entre Lerma, San Mateo Atenco y Toluca. Ahora por
favor, relea despacio las diez erres anteriores y eche a andar su imaginación: sin
construir nada nuevo, sólo poniendo en valor la antigua estación de piedra del ferrocarril, el puente carmelita
sobre el río Lerma y el arco que daba la bienvenida a la provincia, tendremos
un digno acceso al valle y una plusvalía instantánea.
En suma, si aplicamos este decálogo, las ciudades irán
renaciendo de sus cenizas y resucitarán con estilo y competitividad.